
Parece que muchos no entienden aún lo ofensivo que resulta dividir a las personas bajo premisas raciales, lo discriminador que es, en nuestro país, decir que hay peruanos “blancos e indios”. Son categorías que no solo la historia, sino también la ciencia, se ha encargado de desechar. El general José de San Martín, en 1821, fue la primera autoridad que derogó la palabra indio porque desde ya advertía la connotación despectiva y discriminadora que encerraba.
Fue a pocos días de declarar la Independencia del Perú cuando el libertador decretó que “no se denominaría los aborígenes, indios o naturales” sino “peruanos”, por ser ellos “hijos y ciudadanos del Perú”. De esta maera quedaba suprimida la división jurídica colonial entre la “república de españoles” y la “república de indios”, pues había nacido una nación.
Más de un siglo después, en 1969, el presidente Juan Velasco Alvarado, promulgó la Ley de Reforma Agraria y también cambió la denominación del Día del Indio por el Día del Campesino. Clorinda Matto de Turner, Manuel González Prada, José María Arguedas, Ciro Alegría y otros intelectuales han abordado el problema racial, desde las letras, con un enfoque indigenista reivindicativo debido a que las brechas no se habían cerrado.
Y tal parece que las heridas siguen abiertas, pues se persiste con la división de los peruanos en “blancos e indios”, categorías que han sido desterradas de los análisis conceptuales desde los puntos de vista biológico y antropológico. Científicamente, el concepto de raza, al menos aplicado a los humanos, no resiste a un análisis científico exhaustivo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), “los seres humanos hoy vivientes pertenecen a una misma especie, llamada Homo sapiens, y proceden de un mismo tronco. La cuestión de cómo y cuándo se han ido diversificando los diversos grupos humanos sigue siendo controvertible”. “En cada población humana hay una amplia diversidad genética. No existe en la especie humana una raza pura, por lo menos en el sentido de población genéticamente homogénea”, añade.
Por lo tanto, no es correcto hablar de “blancos e indios”. Menos cuando el Perú en algún momento fue considerado como un país multirracial y pluricultural. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.