Opinión

Pensar en nuestro país

Por: Martín Valdivia Rodríguez

La premier Mirtha Vásquez hizo ayer importantes anuncios, especialmente en los sectores economía y educación. Un subsidio mensual para los trabajadores formales que perciben menos de 2 mil soles y el incremento de los fondos para el sector educación, que será casi la quinta parte del presupuesto fiscal, son quizá las medidas más importantes en materia social. Sin embargo, arrecian las críticas y para el grueso de la oposición parece ser que lo más importante no es la economía, la educación y la salud de la población, sino solo los temas que les permitan desestabilizar al Gobierno.

El discurso de la primera ministra, que espera el voto de confianza para su Gabinete, fue amplio y variado, abarcó desde la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la corrupción hasta medidas para combatir la discriminación racial y sexual, por la pluralidad étnica y cultural, así como el respeto a la diversidad de género. Expuso la descripción del panorama general y del problema específico para luego anunciar medidas, políticas de Gobierno.

Sin embargo, la reacción de la oposición sigue la misma tónica de antes, incluso la del día en que Castillo asumió la presidencia. Generalmente, cuando un candidato gana las elecciones, los perdedores, en un acto de cortesía, lo visitan para felicitarlo por su triunfo, desearle suerte y comprometerse en brindarle su apoyo para que ejerza su función de la mejor manera. Y eso debe ser así, porque el político debe poner por delante de todo interés individual o de grupo, su voluntad y convicción de contribuir con el bienestar del país. Sin embargo, eso no se está dando en los actuales momentos. Pareciera que se desea y hasta se reza para que el Gobierno fracase. Y no es solo un deseo, sino que se va a la acción, un encono organizado hasta en estrategias bien planificadas.

No me refiero a los justificados cuestionamientos al expremier Guido Bellido y algunos ministros, que bien ganadas tienen las críticas, sino a las constantes acciones de desestabilización que se dan desde el primer día de Gobierno del presidente Castillo. El colectivo “La Resistencia” y el chat de WhatsApp de empresarios afiliados a la SNI son un claro ejemplo de esta consigna.

Solo cabe esperar que el Congreso en su conjunto apele a la sensatez y, a la hora de votar por la cuestión de confianza, los parlamentarios piensen en el país y no en los réditos políticos que puedan ganar. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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