Opinión

Como Julio César y Cicerón (I)

Por: Iván Pedro Guevara Vásquez

Para comprender debidamente el equilibrio en la macro política (en la política general referida a los destinos de toda sociedad humana) hemos de mencionar la relación política interpersonal que hubo entre dos personajes de la historia universal: los romanos Cayo Julio César y Marco Tulio Cicerón.

Contemporáneos en su espacio-tiempo históricos, antes de nuestra era (antes de Cristo), Julio César vivió en tiempos en donde había que destacar en el campo militar para ascender en la sociedad. Y lo que marca su diferencia con otros poderosos, es que habría destacado también como orador y escritor, pues entre sus obras escritas y conocidas que han perdurado se encuentran sus “Comentarios de la Guerra de las Galias”, siendo él mismo el conquistador de las Galias, y sus “Comentarios de la guerra civil”. Murió asesinado en un complot de senadores de la aún existente República romana, en los llamados “Idus de Marzo”, lo que originó paradójicamente no una sobrevivencia ni fortalecimiento de la República, sino el reemplazo de ésta por el Imperio.

Cicerón, por su parte, no solamente destacó en oratoria y política, sino también en filosofía. Su figura se acrecentó en el tiempo, al mismo tiempo que la figura de Julio César -que fue asesinado por un complot en el cual no habría participado Cicerón-; mas se acrecentó no tanto por su oratoria -que de por sí era brillante y magnífica-, sino por su congruencia y coherencia ética, al defender con convicción a la República romana -que era lo más próximo a la antigua democracia ateniense- por oponerse al monopolio del poder por parte de los reyes y dictadores.  Entre sus obras destacan: “Del supremo bien y el supremo mal”, “La naturaleza de los dioses”, en donde evidencia la innegable influencia de la filosofía y la religión griegas de la antigüedad.

También destacan sus discursos políticos, como las “Catilinarias”, que fueron elaborados, como deslinde y oposición respecto a Catilina, un político y senador romano que habría planificado un golpe de Estado contra la República romana, al cual finalmente venció, aunque después fue asesinado, muy probablemente por orden de Marco Antonio, el reconocido colaborador y mano derecha de Julio César.

Lo destacable, en términos políticos, es que entre Cicerón y Julio César siempre habría reinado el respeto correspondiente, dado que inclusive habrían departido amenamente hablando de literatura y arte, pese a que Cicerón no era partícipe de la dictadura de Cayo Julio César.

(*) Analista político.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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