«Martín Vizcarra y su inevitable condena»

Por: Daniel Rivera Canseco
El exdictador Martin Vizcarra afronta, desde el lunes 28 de octubre, el juicio oral en el que se le acusa de haber recibido sobornos de, por lo menos, dos millones de soles, durante su mandato como gobernador de Moquegua, entre los años 2011 y 2014. Como es de público conocimiento, durante este periodo, Vizcarra Cornejo se vio inmerso con las empresas del ‘’Club de la construcción’’, facilitando contratos para los proyectos de Lomas de Ilo y el Hospital Regional de Moquegua, constituyendo el delito de cohecho pasivo propio.
Ante este panorama, es preciso señalar que no son las únicas acusaciones que recaen sobre su persona, pues ya ha sido inhabilitado –anteriormente– por el congreso de la República.
Este último acontecimiento marcó un hito en la lucha contra la corrupción en las más altas esferas, pues determina ron que durante diez años, el conocido ‘’lagarto de la política’’ se encuentre impedido de postular a cargos públicos.
El punto de inflexión, evidentemente, fue el escándalo del ‘’vacunagate’’, en el que el exdictador antepuso sus intereses personales sobre los intereses de la nación para obtener las primeras dosis de la vacuna contra la Covid-19, beneficiándose él y su círculo cercano, siendo relegada la población que sufría los embates del virus. Recordemos que, según el portal Bloomberg, Perú fue el tercer peor país para pasar la pandemia. Esto debido a la ineficiente gestión por parte del ejecutivo, que prefirió montar un show mediático, en comparsa con la prensa, para desviar la atención de los temas que resultaban urgentes.
El caso por el que se le acusa a Vizcarra, en su etapa como gobernador regional, es solo la punta del iceberg del verdadero récord de delitos que ostenta”.
Luego de su nefasta gestión, aparece nuevamente en escena; esta vez creando contenido virtual para amortiguar las graves acusaciones en su contra, fungiendo de falso paladín de la lucha contra la corrupción. Bien dicen que los que acusan –desesperadamente- a los demás de corrupción, resultan ser los más corruptos. Vizcarra Cornejo es un claro ejemplo de ello.
No obstante, hay un factor adicional que es la denominada ‘’politización de la justicia’’, que en el Vizcarrato se constituyó como la primera arma de persecución a la oposición, utilizando de instrumento a la “DIVIAC’’, la policía política del régimen, cuyo líder fue el oscuro Harvey Colchado. Es así que se desencadenaron episodios trágicos como la muerte del expresidente Alan García en un negligente operativo dirigido desde Palacio.
Vemos, pues, que el caso por el que se le acusa a Vizcarra, en su etapa como gobernador regional, es solo la punta del iceberg del verdadero récord de delitos que ostenta desde su incorporación en la política. Por ello, resulta saludable que la justicia pueda utilizar mecanismos eficientes a fin de develar el verdadero rostro de aquel individuo que concretó un golpe de Estado en el año 2019 y cuyo régimen nos hundió en la inestabilidad política más grave del presente siglo. Sin duda alguna, el exministro de agricultura, José Hernández, será pieza clave con su testimonio, al igual que los ex directivos de Obrainsa y de ICCGSA. Solo es cuestión de tiempo.
(*) Psicólogo organizacional y analista político