Opinión

Las redes en la telaraña del poder

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Un detalle muy curioso tiene como antecedente la ola de protestas en Cuba. Cuando asumió el mando en reemplazo de Raúl Castro, el actual presidente Miguel Díaz-Canel dispuso una serie de medidas de apertura con la intención de maquillar la dictadura: el libre acceso a internet en los celulares y en las casas. La comunicación por internet, principalmente a través de las redes sociales, se convirtió en la principal herramienta del pueblo cubano para expresar su indignación, cuestionar al régimen y organizarse para salir a las calles a expresar su rechazo y exigir el cambio.

Abraham Jiménez, periodista independiente y columnista del Washington Post, afirma que la reacción de los cubanos contra la dictadura se dio, justamente, debido a internet. Tan es así que, al iniciarse las marchas, lo primero que hizo el gobierno castrista fue cortar el servicio de internet, para luego mandar a miles de agentes de la PNR, como les llaman a los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria, a reprimir y detener a los manifestantes.

Los cubanos ya hablan de una “revolución digital” -siempre acordes ellos con su pasado de rebeldía- que el último domingo abrió un nuevo capítulo en la historia de la isla. Las protestas empezaron en San Antonio de los Baños y se expandieron como una ola por el resto de Cuba, concentrándose en las calles de La Habana.

Ese día, a golpe de las 11 de la mañana, empezaron los primeros reportes de “la directa”, como les llaman a las transmisiones en vivo de las protestas, desde San Antonio, que se propagaron por todo el país. Hoy los cubanos están sorprendidos de esa reacción y están dispuestos a seguir, aunque tendrán que usar otros mecanismos para comunicarse y organizarse, pues el gobierno de Díaz-Canelo los ha dejado sin internet.

En Chile se produce desde hace años un fenómeno muy parecido y ya se están acuñando términos como “ciberpolítica de los movimientos sociales”. En Argentina, Colombia, Brasil y muchos otros países están ocurriendo fenómenos sociales muy parecidos, que tienen como protagonista a la tecnología digital.

En el Perú lo hemos visto en muchas marchas de protesta antes y después de las elecciones. Es así como cualquier gobierno, entre quien entre, tendrá como termómetro de desaprobación a la calle movida por las redes sociales. Por eso, tiene que conducirse con mucho cuidado, alejado de la corrupción y de la ineficiencia. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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