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Víctor García Toma expone ante la ONU el III Informe Nacional Voluntario del Perú

Víctor García Toma, representante permanente del Perú ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expuso ante el organismo internacional en el III Informe Nacional Voluntario del Perú sobre el avance de la implementación de la Agenda 2030 en nuestro país.

Señor Presidente:

Es un honor presentarme en este foro para exponerles el III Informe Nacional Voluntario del Perú referido al avance en la implementación de la Agenda 2030; el cual es consecuencia del esfuerzo del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico del Perú; cuyo titular lamentablemente no ha podido estar presente en esta ocasión.

Se ha dicho con acierto que el ideal de los objetivos de desarrollo sostenible, implican un acto de fe sobre la posibilidad misma de la perfección; ello implica afrontarlo como una protesta contra aquello que agravia la esperanza. En suma, es la decisión de deshacer todos los entuertos que tenemos; y fermentarlo como la sana levadura para el ancho porvenir para todos.

Así, El Perú está comprometido con el desarrollo inclusivo y sostenible, en línea con la Agenda 2030. Este informe refleja los principales avances y expone los desafíos a enfrentarse y las estrategias para alcanzar una transformación sostenible e inclusiva. 

El hilo conductor que se ha seguido en Perú desde la adopción de los ODS marca el camino el camino de la lealtad a los compromisos asumidos.

El primer Informe fue elaborado en 2017. Allí se marcó el inicio de la integración de los ODS en la gestión estratégica del Estado.

En esa línea, en 2018, se elaboró un informe que ayudó a alinear nuestras políticas y planes.

En 2019, se aprobó nuestra Visión al 2050, un hito que permitió fortalecer la orientación a largo plazo de nuestra planificación estratégica.

En 2020, en medio de la pandemia, se presentó el segundo Informe, en donde se destacó los avances en la incorporación de los objetivos globales en el Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico de Perú (SINAPLAN). Este reporte fue crucial para adaptar las estrategias en un contexto de crisis sanitaria global.

En 2023, se inició la elaboración del Tercer Informe. Este proceso ha sido minucioso y participativo, comenzando con una revisión de información estadística, entrevistas y talleres que permitieron recoger aportes de diversos sectores de la sociedad.

Este item procedimental incluyó talleres que permitieron recoger aportes del sector público, privado, la sociedad civil y la academia. Asimismo, acrecentó la comprensión de los desafíos locales alrededor del cumplimiento de los ODS; así como validar los datos, asegurando una visión inclusiva y precisa de la situación actual de los avances y desafíos en mi país.

Finalmente, durante el presente año se culminaron los talleres multiactor para acceder a información complementaria; y se culminó con la aprobación de su sustentación ante ustedes.

El informe se ha estructurado de acuerdo con las directrices y recomendaciones de las Naciones Unidas, y con el apoyo de la cooperación internacional alemana (GIZ), a la cual agradecemos sentidamente. 

Este contiene la descripción de la metodología aplicada; el análisis de cómo se han integrado los objetivos de desarrollo global (ODS)  en la gestión del Estado; una sección sobre el progreso de la consecución de logros según sus indicadores; la descripción de los desafíos futuros; y los medios de su implementación de los ODS: Finalmente aparecen las conclusiones principales. 

Entre los contenidos relevantes del Informe, cabe señalar los siguientes:

Es destacable la integración de los ODS en nuestro Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050, alineando sus cuatro objetivos nacionales con los 17objetivos de desarrollo global.

Esta integración ha permitido la orientación de las políticas públicas y los planes estratégicos en los tres niveles de gobierno hacia los compromisos de la Agenda 2030, a través del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico de Perú.

En términos de cumplimiento de los ODS, se identifican tendencias favorables en áreas claves como salud, igualdad de género, saneamiento, energía asequible y ciudades sostenibles. 

En el ámbito de la salud, la tasa de mortalidad materna ha disminuido a 71 por cada 100,000 nacidos vivos, acercándonos a la meta comprometida. La tasa de mortalidad neonatal ha mejorado significativamente, reduciéndose de 22 a casi 11 por cada 1,000 nacidos vivos, en línea con los objetivos colegiadamente planteados.

En agua y saneamiento hemos logrado una cobertura del 90% en acceso a agua por red pública; y 77% en acceso al alcantarillado.

Sin embargo, persisten brechas significativas entre las zonas urbanas y rurales, que debemos cerrar urgentemente. En el tratamiento de aguas residuales, aún enfrentamos desafíos, pero hemos centrados esfuerzos en la fiscalización efectiva y el desarrollo de proyectos de inversión en colaboración con el sector privado.

En el ámbito de la energía asequible se ha avanzado significativamente en el acceso a electricidad, alcanzando una cobertura del 85% en zonas rurales y casi el 100% en áreas urbanas.

Se ha mejorado el acceso a los combustibles y tecnologías limpias, con una cobertura del 73%. 

Adicionalmente, se ha promovido el desarrollo de la producción de energías renovables, como la eólica y la solar, que actualmente representan menos del 30% del consumo final.

Empero, también hemos enfrentado desafíos significativos que podrían amenazar su cabal cumplimiento.

La pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto devastador en la salud, la economía y la sociedad en general. Hemos constatado un aumento en la tasa de letalidad.

Señálese, además, que, resulta muy importante fortalecer la gobernanza, con miras a mejorar la acción coordinada de los tres niveles de Gobierno, y lograr una más eficiente reducción de las brechas. 

El cambio climático es otro de nuestros desafíos críticos. Las alteraciones en las precipitaciones y temperaturas amenazan la seguridad alimentaria, la salud pública y la infraestructura.

Dichas modificaciones se traducen en una menor disponibilidad de agua y alimentos, impactando negativamente en la salud pública y los ecosistemas. Por ende, es imperativo redoblar esfuerzos para mitigar estos efectos y adaptarnos a las nuevas realidades climáticas.

En conclusión:

Hemos logrado avances significativos en la implementación de los 17 objetivos de desarrollo sostenible, pero somos consciente de los altos retos que aún enfrentamos

Estamos comprometidos a seguir trabajando en colaboración con todos los sectores de nuestra sociedad y la comunidad internacional para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030. 

El enfoque participativo y el apoyo de la comunidad internacional serán fundamentales para enfrentar estos desafíos y garantizar un futuro sostenible.

Estamos decididos a aprender más, para errar menos; a esforzarnos incansablemente para no defraudar las expectativas creadas; y a elevarnos sobre lo avanzado hasta alcanzar el ideal común propuesto. 

Muchas gracias

 

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