Opinión

Urgente: El fútbol peruano necesita un “Cholo” Castillo en menores

Por: Tito Ponte Silvera

A los fanáticos no les gusta leer ni oír que la clasificación a Rusia 2018 tuvo su toque de suerte. Ciertamente conseguimos competir, tener una base de jugadores que logró triunfos que nos hicieron felices, como el de Quito contra Ecuador, o el de Asuncion ante Paraguay. Eso no se puede negar, pero debemos ser sinceros cuando analizamos y recordar que gracias al reclamo de nuestros históricos vecinos chilenos, la selección pudo lograr tres unidades que ya se habían perdido en La Paz. El punto es que de no haber clasificado el fracaso se hubiese extendido hasta las categorías base, en donde la Blanquirroja fue un fracaso total. Sin embargo, la efervescencia mundialera pudo tapar absolutamente todo, hasta los conflictos políticos.

Hoy, esa realidad se evidenció con más fuerza tras ver la desastrosa presentación de la Sub-20 en el Sudamericano de Colombia, que sin el apoyo mediático de la absoluta ya no pudo pasar desapercibida. Lo más vergonzoso es que nadie asume la responsabilidad del nulo manejo en las categorías juveniles. Hace unos años, cuando la Federación Peruana de Fútbol estaba al mando de Edwin Oviedo se hablaba del Plan Centenario como un cambio que revolucionaria el fútbol peruano, pero con Daniel Ahmed fracasó totalmente. Desde el 2007, cuando Juan José Oré y sus Jotitas hicieron historia, Perú no ha clasificado a otra cita mundial en categorías juveniles. Si mencionamos a Gareca, muchos saltarán y dirán que esa no fue su labor, que el Tigre solo vino a clasificar. Los fanáticos siempre buscan defender a ultranza a sus ídolos, tengan o no la razón. Pero aquí la responsabilidad del desastre en categorías base, pasa por todos los comandos técnicos que dirigieron en los últimos años.

Perú no muestra formación en sus nuevos valores. Desde parar un balón, hacer las transiciones, rechazar la esférica, meter un centro o un pase, radica el gran problema de estos chicos. ¡Necesitamos un “Cholo” Castillo en menores! Un hombre que, junto a un grupo de ‘scouters’ pueda recorrer las calles de Lima y de todo el Perú, con el fin de escudriñar en diversos lugares del país para conseguir el verdadero talento del balompié peruano. No hablo de utopías o de ideas absurdas, solo menciono una fórmula que dio resultados en los 60, 70 u 80, una estrategia que no caduca y que lo ponen en práctica clubes europeos y de élite en Latinoamérica. De esa manera apareció Pedro Pablo Perico León, jugando en el potrero de su barrio en Lince. Del mismo modo que Teófilo Cubillas, que se inició en el equipo de su barrio, el Huracán de Puente Piedra, y que gracias a un amistoso con una oncena juvenil de Alianza Lima, que era dirigido por Castillo, el Nene pudo deslumbrar al recordado Cholo y así comenzar su romance con la Blanquiazul. Historias como esas dos se repitieron en distintas generaciones, por largos 37 años en las este caza talentos recorrió calles, colegios y potreros, lugares de donde se descubría a los verdaderos cracks que posteriormente hicieron historia en la selección nacional.

(*) Analista deportivo

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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