“Torre Tagle aún vive una gran incertidumbre”

POR: CÉSAR PICCIOTTI

Para Miguel Ángel Rodríguez Mackay, presidente del Instituto Peruano de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, la política exterior de este gobierno aún no es clara, dejando que el presidente de la República adelante lineamientos que le corresponden, por tradición y derecho, a Torre Tagle. En entrevista con nuestro canal digital La Noticia Multimedia, el internacionalista calificó a esta política como de “gran incertidumbre”, situación que –según su criterio– abre las puertas a experimentos que un país como el Perú no debe permitir.

¿Cómo ve la gira del presidente Pedro Castillo, su imagen?

Me parece bien que un jefe de Estado externalice sus propuestas ante un público diferente. Con muy poco tiempo como presidente, era necesario que Castillo salga, que se proyecte, tenga roce. En cuanto a su agenda, creo que perdió una gran oportunidad en la CELAC de poner sobre el tapete el tema indígena, uno de los grandes postulados de su gobierno. Saludar en nombre de los quechuas, los aymaras, los aguarunas, por ejemplo, no está mal, pero pensé que iba a desarrollar este punto como un tema estratégico. No hubo nada de eso.

Un foro importante, pero disminuido, ¿verdad?

Sí, CELAC ha ido perdiendo la importancia que tenía cuando se formó en las entrañas del Grupo de Río. Hoy atraviesa una enorme crisis que se dejó notar al asistir solo 33 jefes de Estado de un total de 66 naciones. Aun así, creo que el presidente Castillo fue mal asesorado en cuanto al objetivo de su mensaje, sobre todo cuando hace referencia a las relaciones diplomáticas del Perú “sin discriminaciones”.

¿Cómo interpreta usted esta afirmación?

Me preocupa en tanto la Cancillería aún no ha expuesto la política exterior peruana y ya el presidente se adelanta con este anuncio. No podemos tener relaciones con todos los países porque, como comprenderá, en el mundo hay dictaduras, autocracias, regímenes marginales con jefes de Estado denunciados ante diversos organismos internacionales por genocidio. Hay que tener mucho cuidado con este tipo de posturas.

A nuestra mesa no podemos invitar a cualquiera, tenemos que ser selectivos también…

No solo eso. En el derecho internacional –y siempre se lo recalco a mis alumnos– la frase “dime con quién andas y te diré quién eres” se aplica siempre. Así como formamos bloques de países en esta sociedad mundial de la interdependencia, algunos de ellos se pueden resentir diciendo qué le pasa al miembro de este grupo. Hay que tener cuidado. En todo caso, el canciller Maúrtua nos debe explicar qué es lo que quiso decir Castillo con eso de “sin discriminaciones”. Así no funciona la política internacional.

Al respecto hay voces que indican que esta sería una maniobra del gobierno para “prepararnos” frente a una nueva relación bilateral con Venezuela y otros países donde la democracia prácticamente no existe.

Corro traslado de esa aseveración al canciller para saber si esto es verdad. Yo creo que el Perú no puede ser un país indiferente ante tanta desgracia vivida por millones de venezolanos, soportando a un gobierno que, como el de Nicolás Maduro, ha dado muestras claras de un autoritarismo sin límites. La diplomacia no puede involucionar y es necesario que tomemos posturas más radicales respecto a este tema.

Tal vez esta nueva política no solo le abra las puertas a Maduro, sino sea la partida de defunción del Grupo de Lima, ¿usted cree esto?

Totalmente. Esta es solo la estocada final a una iniciativa que poco a poco fue perdiendo peso diplomático y político. Eso es lo preocupante. El Grupo de Lima ahora prácticamente es un fantasma y, con esta posición, ya pasó a mejor vida.

¿Considera que hasta ahora los peruanos no tenemos definida nuestra política internacional?

Lo que pasa es que se dio esta gira sin que antes se especificara cuáles son los lineamientos de nuestra política internacional, a casi dos meses de asumido este gobierno. Fíjese, antes de emprender un viaje de estas características, el canciller de la República suele dar una conferencia de prensa explicando los pormenores de la gira, cuál es el objetivo, qué pretendemos alcanzar como país. Hay toda una agenda de forma y de fondo que tiene que ser expuesta por la Cancillería. Eso no se ha hecho en esta oportunidad. Recuerde que estos viajes sirven como ventana de exposición al país, donde miles de ojos nos miran para saber si el Perú es atractivo en inversiones de distinto tipo.

¿Cómo calificar, entonces, esta gestión de nuestra Cancillería?

Yo diría que existe una gran incertidumbre, pues –repito– debemos de saber cuál es el derrotero de nuestra política exterior. Tener una visión correctamente estructurada, va a traslucir los objetivos internacionales del Perú para los próximos cinco años. Y eso aún no lo sabemos.

LA CELAC YA ESTÁ FRACTURADA

Doctor Rodríguez Mackay, la fractura de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es más que evidente. ¿Tendrá algún futuro este mecanismo internacional?

Lo dudo. La CELAC ya está quebrada. El espectáculo que vimos la semana pasada nos revela hasta qué punto las posiciones ideológicas ocupan espacios que antes quedaban de lado ante sólidas políticas de Estado que, por cierto, sean de izquierda o de derecha, deben ser respetadas por todos los países. Los países deben mantener una línea matriz común que es la que denota la proyección del perfil del Estado en la comunidad internacional.