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“Todos los penales están hacinados”

Exministro del Interior, Wilfredo Pedraza, sostiene que en ninguna cárcel hay cupo y es necesario construir nuevos presidios

  • Wilfredo Pedraza sostiene que, si bien es posible ampliar el penal de Challapalca, el Frontón no tiene agua ni desagüe y sería necesario llevar todos los días alimentos.

POR: CARLOS RIVERO MELGAR

El exministro del Interior, Wilfredo Pedraza, aseguró que el Perú tiene capacidad de hacer penales de alta seguridad, pero no de construir una cárcel para 40,000 internos, como el que existe en El Salvador. En entrevista con nuestro canal digital La Noticia Perú, explicó que un mega penal no es sostenible ni viable en el tiempo.

Hace poco, el ministro de Justicia, Eduardo Arana, viajó a El Salvador para obtener información sobre los penales de ese país. ¿El Perú está en la capacidad de tener penales como los que hay allá?

Yo vería una diferencia. ¿El Perú tiene capacidad de hacer penales de alta seguridad? Mi opinión es que sí. El INPE tiene una experiencia ya importante en la construcción de penales, como el de Ancón 1, que fue muy importante en su momento, el penal de Cerro de Pasco, inaugurado en el 2015. Lo que no hay experiencia es en construir un megapenal para 40,000. Sin embargo, esa falta de experiencia se explica porque, en rigor, en el mundo no existen penales de esa naturaleza, por lo complejo que son su administración y su viabilidad en el tiempo. Suena muy bien un penal para 40,000, pero técnicamente no es sostenible en el tiempo. Terminan siendo grandes elefantes, muy complejos para ser manejados, y hasta inconvenientes por esa razón.

¿Por un tema de presupuesto y logística, no sería viable un megapenal en Perú?

Más que por el tema de presupuesto, diría que por una situación de viabilidad en la administración. Lo cierto es que, en los penales grandes, incluso de 3,000, de 4,000, cada pabellón tiene una administración independiente. Dudo mucho que haya un penal que tenga 40,000 con un solo director, una sola cocina, un solo sistema de atención de salud. Al final, se trata de un gran perímetro que en el interior tiene penales subdivididos. Con direcciones y servicios también diferentes. Pero, insisto, se trata al final de una subdivisión de subpenales. Desde mi punto de vista, en el Perú no se necesitan penales de esa magnitud. De hecho, el Lurigancho con 10,000, ya ha sido siempre muy complejo de manejarlo, afecta a la seguridad. Lo más razonable son penales de 3,000 y 4,000 internos, que son manejables, incluso de la mayor seguridad posible.

Frente al hacinamiento, la única salida es construir nuevos penales. El premier Otárola anunció que se harán tres penales para presos de mayor peligrosidad.

A mí me parece muy bien. El alto hacinamiento que viven los penales no lo había visto nunca en la historia del país. El año 2004, yo era presidente del INPE, y teníamos 37,000 internos. El Callao tenía 2,000, casi llegan a los 6,000. El penal de Huaral tenía 1,500, el de Cañete, igual; ambos hoy bordean los 4,000. No hay penal que tenga cupo, especialmente aquellos que están en el centro y el norte del Perú. De manera tal que es imprescindible la construcción de penales de alta seguridad.

El congresista Muñante ha propuesto reabrir El Frontón y ampliar el de Challapalca, ¿es una medida populista?

Me parece muy bien que el Congreso y los congresistas se involucren en el tema carcelario, que es un problema nacional. Creo que la ampliación del penal de Challapalca es un tema viable, tiene el terreno limpio en los alrededores, es una zona todavía sin explotar plenamente. Es un penal temido por los internos, de alta seguridad y creo que sería interesante una ampliación. Sin embargo, el caso del Frontón es distinto, porque no tiene servicios de agua y desagüe, de energía eléctrica, que resulta básico para la construcción. Habría que llevar materiales y alimentos a la isla todos los días para trabajadores, jueces, fiscales. Eso encarece el mantenimiento de un penal y a mediano plazo lo hace absolutamente inviable. El mejor penal es un penal construido no tan distante de una ciudad, que tenga acceso a los servicios básicos y se pueda usar la mejor tecnología para medidas de seguridad. El Frontón no es exactamente eso. De hecho, en el INPE no existen, hace más de 30 años o más, proyectos para reiniciar o retomar ese penal.

“SIN HACER LLAMADAS, CONSUMIR DROGAS NI EXTORSIONAR”

El exministro del Interior, Wilfredo Pedraza, sostuvo que la mejor forma de evitar que los delincuentes sigan operando desde las cárceles es reducir la población penal y aplicar un control riguroso con tecnología. Recordó que, en el 2005, cuando inauguró el penal de Piedras Gordas I, se logró un funcionamiento óptimo con solo 500 internos de los más peligrosos del país, sin que pudieran hacer llamadas, extorsionar o consumir drogas. “Cuando se concibe un penal de alta seguridad, la regla de oro tiene que ser ‘no hacinarla’”, aseguró.

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