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Protestas contra certificado COVID alarman en Europa

Hay rechazo contra medidas sanitarias, mientras pandemia amenaza con nuevas olas por variante “Delta” y alza del precio de las vacunas

El año pasado, en España se dio una ola de protestas de la población contra las restricciones impuestas por el gobierno para frenar los contagios del COVID-19. Tuvo que llegar a España la cuarta y quinta ola de la pandemia para que esas manifestaciones masivas se detengan. Ahora, en Francia, Alemania, Inglaterra y otros países también se están dando movilizaciones, algunas muy violentas contra el certificado COVID o pase sanitario. En algunos países, los casos de coronavirus ya están en aumento.

Francia es uno de los países donde más marchas de protesta se están dando. Llevan ya cuatro semanas movilizándose los fines de semana por las calles no solo de París, sino en más de 150 ciudades. Según las autoridades del país galo, la última manifestación congregó a más de 200,000 personas que se desplazaron por las principales arterias para exigirle al gobierno de Emmanuel Macron que suspenda las medidas restrictivas.

Los opositores al certificado sanitario en Francia y al conjunto de medidas adoptadas por el Ejecutivo para contener la nueva ola de la pandemia están decididos a no dar su brazo a torcer. La última marcha fue una respuesta a la decisión del Consejo Constitucional de dar su aval a la ampliación del certificado sanitario para entrar en bares, restaurantes u hospitales, o para los viajes internos de larga distancia.

Desde el 21 de julio pasado ese documento que certifica tener la pauta de vacunación completa o no estar contagiado ya era obligatorio para acceder a los centros culturales, pero ahora su exigencia marcará de forma mucho más amplia el día a día de la población. En total, el 64,5 por ciento de la población francesa ha recibido al menos una dosis, mientras que el 53 por ciento está ya completamente vacunado. Sin embargo, se teme una nueva ola de coronavirus.

“PASE VERDE”

Desde el 6 de agosto, en Italia también entró en vigencia el denominado “pase verde” (green pass). La medida exige un certificado de vacunación contra el COVID-19 para poder viajar o entrar en determinados establecimientos.

El pase verde tiene como objetivo estimular y estipular la vacunación, especialmente para poder realizar diversas actividades sociales. Sin embargo, hay muchos italianos “antivacunas” y su posición es apoyada por políticos de la extrema derecha.

Un grueso sector de la población califica de “inaceptable” la imposición del Gobierno y abuchea al primer ministro Mario Draghi y a otros miembros de su gabinete. Debido a las masivas protestas, las fuerzas de seguridad han redoblado la vigilancia en las calles.

“FREDDON DAY”

Pese a que la variante “Delta” se extiende como la pólvora por Inglaterra, parte de la población también está en contra las vacunas en Londres, donde recientemente participaron en el llamado “Freedom Day”, “Día de la Libertad”. Frente al Parlamento británico mostraron, con pancartas, su oposición a la vacunación, en una protesta sin mascarillas ni distancia social, como lo disponen las nuevas normas.

Entre la población adulta del Reino Unido, el 73,2% ya ha recibido la pauta de vacunación, mientras que el 88,7% cuenta con al menos una dosis. No obstante, la variante “Beta” amenaza con causar una nueva ola de coronavirus.

PFIZER Y MODERNA

En Alemania, el proceso de vacunación podría volverse aún más lento ahora que las farmacéuticas estadounidenses Pfizer y Moderna anunciaron un aumento en el precio de sus vacunas contra el COVID-19.

A pesar de las últimas flexibilizaciones, como comer al interior de los restaurantes o alojarse en un hotel, exigen mostrar un certificado de vacunación, resultados negativos de un test para detectar el virus o una constancia médica de haberse recuperado recientemente de la enfermedad. Esto ha causado un fuerte rechazo por parte de un sector de la población de ciudades como Berlín.

Aunque las cifras de contagios en Alemania son bajas en comparación con otros países vecinos, las autoridades indican un repunte de casos, especialmente en medio de la propagación de la variante “Delta” que se contagia con mayor celeridad, según los epidemiólogos.

EN SUIZA Y GRECIA

También en Suiza hubo manifestaciones hace unos días. En Lucerna, más de 4 000 personas marcharon contra la vacunación y las restricciones. Y en Ginebra, alrededor de 1000, con carteles en los que se podía leer “No a la dictadura sanitaria” o “Mi cuerpo, mi elección, mi libertad”, pues consideran que las restricciones atentan contra las libertades civiles. Grecia es otro de los países donde se dan protestas contra las medidas sanitarias del gobierno, que ya aplicó la vacunación obligatoria para los profesionales de la enfermería a mediados de julio. Los trabajadores tienen hasta mediados de agosto para empezar a vacunarse, de lo contrario se enfrentan a una suspensión sin salario.

AUMENTAN LOS MOVIMIENTOS NEGACIONISTAS Y ANTIVACUNAS

Uno de los principales problemas que enfrenta la lucha contra la pandemia en Europa son los movimientos negacionistas y antivacunas, que van sumando seguidores que expresan su rechazo a las medidas restrictivas en las calles.

Tal es la magnitud del problema, que el negacionismo, entendido como la creencia de que el COVID-19 es una falsa pandemia, es considerado como delito. Algunos relacionan, incluso, la apología al negacionismo con el nazismo o el franquismo.

En países como Francia, Alemania, Inglaterra e Italia, hay muchos escépticos e incluso antes de las campañas de inmunización se previó el rechazo que recibirían las vacunas. En una encuesta se determinó que cuanto más rico es un país y cuanto más desarrollado económicamente está, la gente tiende a tener menos confianza en las vacunas.

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