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¡Paremos la violencia!

Por: Hans Berger

La semana pasada, publicamos un artículo titulado “¡Basta Ya!” sobre la violencia en el fútbol y la inacción de las autoridades. Teníamos la esperanza de que tomaran medidas apropiadas al respecto. Lamentablemente, la reacción que han tenido ante el condenable incidente ocurrido en Santa Anita no contribuye en nada a la solución del problema delincuencial que vive nuestro país.

Además, suprime ingresos para las instituciones. Se ha prohibido la asistencia a las tribunas Norte y Sur (donde se ubican las barras de Alianza y Universitario) en los próximos partidos locales de los “compadres”. Esto es como si la violencia se produjera en dichas tribunas.

Los últimos actos criminales se han producido en la vía pública y lejos de los estadios, por delincuentes disfrazados de hinchas. Últimamente, hemos visto a familias que van al estadio a alentar a sus equipos, lo que indica que la violencia dentro de los estadios ha disminuido.

Asimismo, los que asistimos a los estadios sabemos que no se puede entrar con correa y, si la llevas, será decomisada para evitar peleas. Si te revisan para asegurarse de que no lleves correa, con mayor razón verifican que no tengas algún tipo de arma. Lo que ocurrió en Santa Anita fue con arma de fuego, lo que indica claramente que los implicados no iban al estadio.

Son pandilleros que utilizan la excusa de un partido para enfrentarse entre ellos. No entienden que el fútbol es un deporte y no una guerra. Los partidos duran 90 minutos y el enfrentamiento debe limitarse a lo que sucede en el campo durante ese tiempo.

Una vez terminado el partido, debe prevalecer la confraternidad entre los rivales. Hemos criticado la absurda medida de jugar solo con hinchada local. ¿Acaso dos hermanos hinchas de equipos diferentes no pueden ir juntos al estadio?

También es importante hacer un llamado a la cordura a algunos dirigentes y exjugadores de ambos clubes para que se comporten adecuadamente y no inciten más a la violencia con sus actitudes. Por otro lado, se sabe que cuando un grupo de hinchas acude en ómnibus al estadio, es esperado en la ruta por desadaptados que los esperan en el camino para lanzarles piedras. Se conocen los lugares donde esto ocurre, por lo que se podría evitar y arrestar a los delincuentes.

Sin embargo, falta voluntad política para hacerlo. Por el contrario, se toman medidas solo para aparentar que se está haciendo algo para enfrentar el problema. Muchos de estos grupos violentos publican sus fechorías y amenazas en las redes sociales a la vista y paciencia de las autoridades.

La Policía Nacional del Perú tiene la obligación de identificarlos y arrestarlos, y el Ministerio Público debe hacerles caer todo el peso de la ley.

(*) Periodista deportivo

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