Opinión

¿Océanos azules a la vista?

Por: José Castillo Carazas

Vivimos el día a día preguntándonos ¿Cómo generamos valor y diferenciación en nuestro negocio? Hace unos días, revisando unas notas, recordé la estrategia del “océano azul”. A través de esta estrategia, se busca plantear una manera menos convencional de concebir la industria como la conocemos y nos muestra cómo repercute esto en el crecimiento de la empresa, no sólo a nivel económico sino también a nivel de valor y marca.

La estrategia del océano azul, en la práctica, consiste es la búsqueda simultánea de diferenciación de producto o servicio y la búsqueda constante de bajos costos (es decir la mayor efectividad), con la finalidad de abrir un nuevo espacio de mercado y crear nueva demanda a través de la captura de espacios de mercado “no colonizados” y, de ese modo, hacer de la competencia un factor irrelevante. Se basa en una visión, muchas veces muy difícil de transmitir por el líder o el estratega, debido a que, para descubrir nuevos mercados, las fronteras convencionales y la estructura de la industria no están definidas ni son fijas. En esa medida, pueden ser reconstruidas a partir de las acciones y las creencias de quienes participan en la industria.

Para descubrir un mercado ideal, aún inexplorado, se necesita un antagonista; al cual llamamos el “océano rojo”. El océano rojo representa lo existente hoy en día, es decir, el espacio conocido del mercado. Es un espacio en el cual las fronteras están bien definidas y son aceptadas por quienes están allí. Las reglas del juego competitivo son acogidas y comprendidas por todos.

Competir en océanos rojos consiste en superar a los rivales para conseguir una mayor participación de mercado. Entre más competidores, menos posibilidades de ganar y crecer, lo que implica que, cuando hay más competencia, las empresas, como si fueran tiburones, se atacan unas a otras sin piedad, el agua se llena de sangre y se torna roja. Competir en un mercado con alto número de ofertantes y mantener un buen rendimiento resulta extremadamente difícil y requiere de constante inversión y reinvención, pero sobre los mismos parámetros. La verdadera oportunidad se encuentra en crear océanos azules de mercados no disputados. Básicamente, existen dos formas de crear océanos azules:

(i) Creando una industria nueva por completo, es decir, un espacio totalmente nuevo que no tiene su origen en otro mercado, ni replantea un mercado ya existente. Este fue el caso del comercio en línea (e-commerce), una industria completamente nueva que, aunque se oficializó en 1981, fue hasta 1995 cuando Ebay y Amazon, entre otros pioneros la masificaron.

(ii) Crear un océano azul a partir de un océano rojo. Generalmente, lo que hacen las empresas es alterar las fronteras de un mercado existente. Como casos actuales, podemos poner ejemplos como Uber (mercado de taxis), Spotify (mercado de la música) y Airbnb (mercado del hospedaje). Con la revolución tecnológica, los océanos azules parecen más accesibles y nuevas oportunidades pueden estar listas para ser tomadas ¿Has pensado si, gracias a la tecnología, podrías tener un océano azul al frente?

(*) Gerente General de BLANCO Sociedad Administradora de Fondos S.A.C. y miembro del Directorio de la UPAL

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