Estos son días de recogimiento, meditación y reflexión respecto a la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo. La inmensa mayoría de peruanos que abrazan la Fe cristiana, sean católicos o evangélicos, reconocen el sacrificio de Jesús como el más sublime acto de amor y expiación, a fin de que todos los hombres puedan alcanzar la salvación por medio de la Fe.
También son días de debate, respecto a las propuestas de los candidatos que aspiran a ser presidentes o congresistas, son días de promesas electorales, de medias verdades, mentiras y controversiales propuestas de gobierno, denuncias de inmoralidad y corrupción.
La religión y la política, sobre todo en tiempos de pandemia, requieren de la ciudadanía una decisión de respeto por las creencias personales, así como la de sus adversarios. En este orden de ideas consideramos que la trascendencia del hombre radica en su relación con su Creador, lo cual recusa la religiosidad formal y exige una conducta acorde con las Escrituras, donde se consignan los mandamientos de Dios para ser obedecidos, a fin de llevar una vida de santidad acorde a la santidad divina.
Es menester recordar que Dios es Amor y Misericordia, pero también Justicia y Juicio. Jeremías 31:3 dice: “Con amor eterno te he amado, por tanto, he prolongado mi misericordia”, sin embargo, también precisa: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”, Gálatas 6:7. Agrega en Hechos 17:31: “Porque ÉL HA ESTABLECIDO UN DIA EN EL CUAL JUZGARÁ AL MUNDO EN JUSTICIA, POR MEDIO DE UN HOMBRE A QUIEN HA DESIGNADO, HABIENDO PRESENTADO PRUEBAS A TODOS LOS HOMBRES AL RESUCITARLE DE ENTRE LOS MUERTOS”.
Ese hombre es Jesucristo, unigénito de Dios, que dio su vida en sacrificio vivo, para pagar por el pecado de todos los hombres y hacer posible su salvación eterna. Si crees o no, es una decisión que debes tomar en el ejercicio de tu libertad, pero la creencia de la mayoría de peruanos debe ser respetada, no solo en el ámbito de la libertad de credo, sino en el ejercicio de sus derechos ciudadanos que afecten su creencia religiosa o anulen su objeción de conciencia.
Los promotores de la Agenda Gay no tienen bandera, en medio de la pandemia que enluta a ciento de miles de peruanos, sin importarle el dolor ajeno, exhibiendo una falta de solidaridad y sensibilidad social, en la comisión de la mujer del Congreso de la República, liderados por el Partido Morado, se aprobó el dictamen del proyecto de ley que obliga al Estado peruano a identificar a las personas no por su sexo biológico y genético, sino por su “autopercepción” de género, que no es otra cosa que la legalización exclusiva de las personas por su orientación sexual, como lesbiana, homosexual, bisexual, pedófilo, trastocando la identidad objetiva de las personas basada en la ciencia, por la identidad subjetiva “autoperceptiva” contraria a la ciencia y la verdad.
Por otro lado, la orientación sexual es la atracción temporal o duradera hacia otra persona sin importar el sexo biológico o natural que posea, para satisfacer sus deseos sexuales, emotivos y/o afectivos, cuya aplicación a los niños y jóvenes resulta una perversidad, que no puede ser elevada a la categoría de ley, dado el interés superior del niño , que la Ideología de Género desprecia.
Nuestra legislación considera la identidad de las personas por el nombre, el apellido, la fecha de nacimiento, el sexo y la nacionalidad, y al considerar el sexo, lo hace por lo que “es” y no por lo que “siente”, sea masculino (hombre) o femenino (mujer), tal como lo establece la ciencia y la naturaleza, lo cual los caracteriza y diferencia de los demás.
Esperamos que la comisión permanente desestime este proyecto que abre las puertas al matrimonio homosexual, caso contrario será un baldón para un Congreso desprestigiado, que prioriza las cosas de la carne sobre las espirituales, la mentira sobre la verdad.
(*) Abogado Constitucionalista y Derecho de Familia
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