Opinión

No hay otra alternativa: la vacancia

Por: Omar Chehade Moya

Desde que comenzó este gobierno he sido un acérrimo convencido de que si queremos salvar al país del desastre y el caos, la única salida viable es la vacancia presidencial del profesor Pedro Castillo. Han pasado seis meses de su infausto gobierno, y el jefe de estado es una suma de desaciertos, ineptitudes, falta de reacción, pero lo que es peor: un cúmulo de actos de corrupción y mentiras. Por si fuera poco, la designación de nuevos gabinetes ministeriales con personas que no solo no están preparadas pare el cargo, sino que además arrastran sentencias, procesos de investigación o denuncias, que van desde acoso, lesiones, fraudes, hasta corrupción o investigación por cercanías con grupos subversivos.

Hace tres días el renunciante secretario general del despacho presidencial, Carlos Jaico (uno de los pocos rescatables y buenos personajes del entorno del presidente) envió una carta firme y dura al jefe de Estado, en la que al renunciar dignamente a su cargo le expresa a Pedro Castillo que a su alrededor “hay un gabinete en la sombra” ejerciendo una influencia nociva con la anuencia del propio mandatario. Asimismo, afirma en la citada misiva “que el presidente prefiere mantener a los nefastos asesores para continuar con la senda de decisiones erráticas que han derivado en una grave crisis institucional”. Y para sellar su carta de renuncia, Jaico termina diciendo que: “espera que el presidente encuentre la fuerza moral para dar un giro radical a su gobierno”.

Y es precisamente lo que bien indica el ex secretario presidencial en el tenor de su carta, lo que no existe en el presidente Pedro Castillo: capacidad moral para permanecer en el cargo. La entrevista que dio al periodista Fernando del Rincón de CNN fue una verdadera vergüenza internacional que dio la vuelta al mundo. Si un despistado ciudadano extranjero de Europa, Asia o América que no conoce nuestro país vio esa entrevista, podría pensar fácil, aunque erróneamente, que el Perú es un país de salvajes, o de personas cuarto mundistas. La pobreza no puede ser sinónimo de brutalidad, torpeza o falta de valores éticos. El poder no corrompe, el poder desnuda.

En aquella entrevista se vio a una persona (Pedro Castillo) disfrazada de presidente de un país. Su nivel de torpeza y cinismo al mismo tiempo rebasó la imaginación de cualquier mortal. No solo no es un hombre de estado, no solo no conoce la cosa pública, no solo no tiene facilidad de comunicación, no solo es torpe intelectualmente, sino que demostró un nivel de mentiras, cinismo, complicidad con la corrupción y hasta con grupos violentistas del pasado que desangraron nuestra patria, que no merecería estar un minuto más en el cargo. Pedro Castillo denigra la investidura presidencial. La cereza sobre el pastel llegó hace unos días con la designación del nuevo gabinete que, salvo honrosas excepciones, repite los mismos vicios de siempre: impresentable. La vacancia presidencial es la única salida a la crisis política y económica del Perú. Seguimos en manos del Congreso.

(*) Exvicepresidente y excongresista de la República.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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