Mujeres con baja autoestima son más propensas a dependencia emocional y situaciones de violencia
Alerta el psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia Oliver, director del Instituto Guestalt de Lima

Especialistas del Instituto Guestalt de Lima (IGL) alertan que las mujeres con baja autoestima son más propensas a situaciones de dependencia emocional y violencia física y psicológica con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Así lo dio a conocer el psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia Oliver, director del IGL, quien advirtió que “una mujer maltratada física y psicológicamente tiene baja autoestima, es insegura, dependiente y es propensa a un feminicidio”.
El especialista explicó que la violencia hacia la mujer se está incrementando debido a que en su mayoría no denuncian, lo ocultan y lo justifican. “El trabajo de prevención es casi nulo y cada año aumentan los casos de violencia a la mujer y feminicidios”.
La dependencia emocional es un trastorno de la personalidad, en el que la mujer afectada siente que no puede hacer las cosas por sí misma, busca la atención y cuidado de su pareja.
“Existen diversos estudios que indican que las personas agredidas evidencian más rasgos de dependencia y minimizan la gravedad del ataque que sufrieron. En el Perú las mujeres tienen hasta 2 o 3 veces más posibilidades de tener rasgos de dependencia emocional que los varones. Por ello, es importante acudir al especialista para la atención y tratamiento respectivo”, indicó.
En las personas dependientes existe miedo a la soledad, sensación de insuficiencia, disminución de autoestima, de autonomía, frases como: “yo no valgo o yo no sirvo” se repiten.
El origen podría darse durante la infancia si se vivió en un ambiente de violencia, sumisión o agresividad con la figura de poder, lo que generaría un trastorno de dependencia emocional. Existen diversos factores sociales y culturales, pero la autonomía y la autoestima que se generan en la infancia son de suma
importancia.
Señales de baja autoestima
- No poner límites frente al abuso, le cuesta decir que NO.
- No decidir lo que es bueno para sí misma.
- No tomar decisiones por su propia cuenta.
- No elegir lo que desea.
- Le cuesta trabajo pedir ayuda porque cree que puede resolverlo todo.
- Tiene incapacidad de disfrute, se vuelve perfeccionista.
- Le cuesta trabajo asumir responsabilidades por falta de madurez.
- Le cuesta trabajo establecer relaciones de pareja.
- Se queda congelada ante diversas situaciones, no sabe cómo actuar o qué decir.
- No busca su crecimiento personal.