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Minsa deja sin vacunas a mayores de 80 a 100 años

No respeta su propio cronograma y crea desorden al vacunar a partir de los 60 años. En el Callao se entrega fármaco ‘mebendazol’ para tomarlo cuatro días después de inoculación. 

¿Qué sucede con el Ministerio de Salud (Minsa)? ¿Por qué se está vacunando “a cualquiera que pasa por allí” sin que se respeten los padrones de adultos mayores de 80 años? ¿Por qué se está entregando el fármaco mebendazol –usado para tratar infecciones por parásitos–   a las personas que ya fueron inoculadas con las vacunas de Pfizer? Esta y muchas preguntas deben ser respondidas por las autoridades del Minsa, pues preocupa que la informalidad también llegue a instalarse en las campañas de vacunación contra el COVID-19.

 Según el portal GOB.PE, “Las personas de 80 años a más que viven en los distritos de San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres pueden conocer el lugar, día y hora en que serán vacunadas para protegerse contra el coronavirus, consultando en la plataforma ‘Pongo el hombro’ del Ministerio de Salud”. Hasta allí todo bien, pues en ese mismo portal el Minsa recalca la importancia de inscribirse en un “padrón de vacunación COVID-19”, que contiene – explica el comunicado– información proporcionada por el RENIEC, como domicilio actual y datos de contacto. Asimismo, datos médicos como enfermedades crónicas, si han tenido COVID-19, y si tienen problemas de movilidad y necesitan ser vacunados en casa.

El cronograma indicaba los siguiente:

  • En San Juan de Lurigancho:
  • Mayores de 100 años: 60 personas
  • Entre 80 y 100 años: 13,639 personas
  • En San Martín de Porres:
  • Mayores de 100 años: 94 personas
  • Entre 80 y 100 años: 15,063 personas

Sin embargo, hasta el sábado 27 de marzo en los lugares asignados como centros de vacunación (que eran colegios y no postas médicas), podían acudir adultos mayores a partir de los 60 años, cuando en realidad no les correspondía según los cronogramas publicados. Es más, por las principales calles de estos distritos se perifoneaba por altoparlantes que podían acudir a vacunarse “cualquiera que tuviera 60 años a más”. Para ello se habían habilitado los colegios Fe y Alegría, Simón Bolívar y Franco Peruano.

Es así que – a la peruana – muchos adultos mayores de 60 años “que pasaban por allí” se metían a la cola y los vacunaban. Otro tema que llamó poderosamente la atención fue que se había anunciado la vacunación sólo hasta las 12 del mediodía – tal como se anunciaba incluso por redes – sin embargo, eran las 6 de la tarde y la aglomeración de personas que pugnaban por vacunarse continuaba incesantemente. “Aquí surge el problema que las vacunas de Pfizer se pueden aplicar hasta seis horas después de haber sido preparadas. Cómo es posible que vacunaran a las personas luego del tiempo permitido por esas vacunas”, señalo el doctor Marco Almerí, especialista en salud pública.

“Hemos visto a personas mayores haciendo largas colas, en sillas de ruedas unos y aglomerados otros, deshidratándose bajo el sol con signos de descompensación. Por lógica el Minsa debió vacunar en las distintas postas médicas que tienen estos distritos y no en colegios, donde no existen los implementos necesarios como para atender a las personas que presentaran alguna dolencia”, acotó Almerí.

El especialista criticó el hecho que el Minsa no respetara sus propios cronogramas, vacunando primero a los adultos mayores de 100 y 80 años, abriendo el abanico – a última hora- de los pacientes a partir de los 60 años, provocando aglomeraciones que son el caldo de cultivo ideal para la propagación del Covid-19. “Quizá tenga que ver con el aparataje y puesta escena que suele hacer el Minsa: toldos, sillas, mesas, banners, banderolas, baños portátiles, luces, refrigeradores portátiles y más, que significan miles de soles para un “tercero” privado”, precisó Almerí.

DESORDEN Y AGLOMERACIÓN

Tal como señalara el especialista, en los colegios se pudo apreciar largas colas con la finalidad de obtener la apreciada vacuna. Las personas que llegaban hasta los colegios era vacunadas con o sin seguro. Es decir, sin ESsalud y sin SIS igual “se metían a la cola y los vacunaban”. Esta inexplicable situación dejó como triste resultado que los que sí estaban programados por cronograma (adultos mayores de 100 y 80 años) no llegaran a vacunarse porque fueron desplazados por los de 60 años, que son más jóvenes para poder soportar largas colas por muchas horas.

Muchas personas que llevaron “como podían” a sus adultos mayores de más de 80 años se quejaron amargamente porque no alcanzaron a vacunar a sus familiares. “No es posible que gente prácticamente joven se haya vacunado y no los viejitos de más de 80 años, pese a que ellos estaban inscritos en los padrones”, señaló Carlos Rojas Mamani, quien no pudo vacunar a su madre.

 TABLETAS DE MEBENDAZOL

Una situación que llamó poderosamente la atención, fue el hecho que en el Callao se entregara a los vacunados de más de 80 años tabletas del fármaco ‘mebendazol’, droga utilizada como antiparasitario – manifestándoles que debían tomársela cuatro días después de vacunados. Ninguna enfermera supo explicar por qué se les entregaba este remedio. Por ejemplo, en el Centro de Salud Alta Mar de La Perla (Callao), se entregaban estas tabletas de la forma más antihigiénica, insalubre y peligrosa: envuelta en papel periódico y engrapado, sin ningún cuidado sanitario.

En tanto, el Minsa insiste en que las vacunas son inoculadas solo a los mayores de 80 años y con padrón de por medio. ¿A quién le creemos?

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