Una gran polémica ha causado la aprobación, en la Comisión de la Mujer y Familia del Congreso, del proyecto de ley que declara de interés nacional el cambio de nombre del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables por el de Ministerio de la Familia y Poblaciones Vulnerables. Los detractores de la iniciativa señalan que desvirtúa la razón de la creación de dicha cartera, pues posterga e invisibiliza la lucha en defensa de la mujer. Por su parte, quienes apoyan la propuesta afirman que permitirá atender a todos los integrantes de la familia y a las poblaciones vulnerables como la niñez, los adultos mayores, las personas con discapacidad, los migrantes, etc.
En parte, ambas posiciones tienen razón. Según el portal del Gobierno, el MMPV “trabaja para convertir al Perú en un país donde todas y todos seamos iguales, vivamos sin discriminación y con igualdad de oportunidades”. Agrega que “su misión es diseñar, establecer, promover, ejecutar y supervisar políticas públicas a favor de las mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad y migrantes internos, para garantizar el ejercicio de sus derechos y una vida libre de violencia, desprotección y discriminación, en el marco de una cultura de paz”.
En realidad, hay ministerios que en el camino suelen cambiar de nombre debido a que las realidades evolucionan, se transforman. En Japón, por ejemplo, ahora hay Ministerio de Transformación Digital y el Ministerio para el Empoderamiento de la Mujer también se encarga de la igualdad de género y de las Medidas de Soledad y Aislamiento (es un viceministerio). Mientras que en el Perú tenemos Ministerio de la Producción recién desde el 2002 y Ministerio del Ambiente desde el 2008.
El propio Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables nació octubre de 1996, durante el gobierno de Alberto Fujimori, bajo el nombre de Ministerio de Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano (PROMUDEH). Recién en julio del 2002 tomó su nombre actual. A cargo de esta cartera también han estado personas cuestionadas, como Susana Villarán, Anel Townsend y Katy Ugarte. ¿Ha logrado sus objetivos el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables?
¿Hay menos machismo y discriminación contra las mujeres? ¿Hay menos sufrimiento en la población infantil? ¿Hay más apoyo para las personas con discapacidad? La verdad es que no han cambiado mucho las cosas desde que se creó este ministerio. La idea de incluir, además de las mujeres, a todos los miembros de una familia en un ministerio no es descabellada. El debate está abierto. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
