Como si no fuera suficiente con la galopante crisis económica y con la sensación de desgobierno que tenemos en el país, a las ausencias presidenciales, excepto para mítines de dudosa utilidad, en la selva central, por ejemplo -pasará a la historia como el mitin de los pies descalzos-, se suma ahora lo que faltaba: el machismo y el sexismo, el incidente del premier Bellido con la congresista Chirinos.
La reacción que ha tenido la gente del Gobierno frente a la congresista Chirinos, no dista en un milímetro de las reacciones más machistas que en el pasado hemos visto en el Perú. Hay una que me parece, realmente, delirante. El premier Bellido dice que no tenía suficiente confianza como para hacer esa broma. ¿O sea que con confianza sí se le puede decir lo que a uno le dé la gana? Eso me parece francamente escalofriante. Ahora, podría tratarse de un incidente raro, si Bellido no tendría los antecedentes que lamentablemente tiene. Tiene, pues, una serie de tuits en el pasado que lo colocan en una posición muy incómoda frente a la problemática de la mujer.
La periodista Karerina Ballona, del Cusco, la que fue despedida después del incidente que tuvo con Bellido, cuando Bellido reconoció su admiración por Edith Lagos y su posición peculiar frente a Sendero, nos contaba el otro día en una entrevista radial, que efectivamente en la ciudad, en el Cusco, mucha gente dice “qué malo es Bellido, pero es cusqueño”. Ergo, siendo cusqueño hay que defenderlo. O sea, el llamado de la tribu, el llamado de los machos. Es paradójico porque este Gobierno se denomina “de izquierda y progresista”, o algunos lo consideran así. Yo personalmente no, pero, en fin.
Entonces se suponía que esta iba a ser la culminación de todo un proceso de emancipación de la mujer, un proceso conflictivo en los últimos años con las agresiones físicas difundidas ampliamente por los medios de comunicación; las actitudes de determinadas personas para ningunear a la mujer y restarle capacidad. No ha sido así. Se trata más bien de un proceso reaccionario.
En todo el Gabinete hay solo dos mujeres. Recién se da cuenta el presidente Castillo de esto y dice que se equivocó y que en el futuro va a tener que enmendarse la plana a sí mismo con el tema de la equidad, la paridad y cosas parecidas. Se descuidó. Resulta el Gobierno con mejor número de mujeres en el país.
En todo esto, ya hay datos para corroborarlos, en las declaraciones de Castillo durante la campaña electoral, declaraciones de Bellido y otras personas, hay, pues, un machismo autoritario, reaccionario. Eso está clarísimo. Hay este mito andino de la superioridad del varón heroico y cosas parecidas. Hemos elegido a un grupo de personas que representan un machismo conservador, andino, agrario, tradicionalista, como hace muchísimo tiempo no veíamos en la política peruana. Y menos con un ropaje ideológico supuestamente progresista. Así estamos.
(*) Periodista
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