Libres siempre
Reza nuestro himno patrio: “Somos libres, seámoslo siempre”, pero no basta repetirlo y repetirlo en cuanta actuación cívica se participa, sino tenemos que hacerlo realidad con los hechos, esto es impidiendo las acciones que pretenden doblegar la voluntad nacional y encasillarnos dentro de ideologías marxistas.
Una de las acciones con las que tratan de subyugarnos, avasallándonos, es con las supuestas “protestas pacíficas”, cuando en la realidad no lo son. Basta el nombre de “Toma de Lima”, para saber que detrás hay un ánimo de violencia y vandalismo, pues en una protesta pacífica no hay nada que tomar, las protestas pacíficas exigen comportamiento respetuoso de quienes no comulgan con sus ideas y pretensiones.
No dudamos que hay el derecho a la protesta, llamándolo derecho de petición, derecho de reunión, derecho de opinión y de expresión del pensamiento, pero todo ello tiene que ser “pacífico y sin armas” como señala con claridad meridiana nuestra Constitución. Creer que una supuesta “Toma de Lima” tiene un ánimo pacífico, es ser bien candelejón por decir lo menos, puesto que como repetimos, su solo nombre de “Toma” lleva implícito acto de fuerza.
Pero no debemos olvidar que hay también acciones, en que se conjuga ánimo de anexión desde el exterior, con traición a la patria desde el interior del país, de quienes pretenden, tanto directa como soterradamente, inducir a la separación de los territorios nacionales habitados por aimaras, para ser anexados a territorios de Bolivia, para hacer del altiplano principalmente, RUNASUR. Son tan obcecados que creen que solo con su dicho olvidaremos que por defender a Bolivia nos metimos en la infausta “Guerra del Pacífico”.
Ni las acciones internas como las externas nos someterán, pues tenemos muy en alto el anhelo de libertad, pero no solo temporal, sino como afirma el Himno Nacional, esto es SEÁMOSLO SIEMPRE.
El derecho a transitar libremente en el territorio nacional, el fijar nuestro domicilio, en expresar nuestras opiniones, en escoger nuestro destino personal, familiar e incluso laboral, nadie nos lo quitará y para lo cual no debemos ser tan incautos de creerles su ánimo pacífico, a quienes solo saben propiciar violencia, así sea usando engaños o afirmaciones pacíficas que en el fondo no lo son.
Tenemos que estar muy atentos y asimismo respaldar a nuestras fuerzas del orden, sean las Fuerzas Policiales o las Fuerzas Armadas que actúan en apoyo de las primeras, en el objetivo de mantener el orden público o de recuperarlo en caso de haber sido afectado.
Nuestra policía recientemente, ha mostrado su ánimo de volver a poner el pecho para defender a la civilidad y no dejar que la violencia reine en nuestro país, pero la ciudadanía tiene la obligación de responder a la protección policial, prestándole todo su apoyo y no permitiendo que cuando en cumplimiento de su deber se producen bajas y heridos, al usar con legitimidad las armas que les ha dado la Nación, sean maltratados con denuncias y procesos interminables que les hacen la vida a cuadritos.
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
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