
Hoy la economía es uno de los mayores retos que presenta la producción de las vacunas. De hecho, existe diferentes posiciones, entre las que se encuentran los beneficios de las empresas farmacéuticas sobre todo las de biotecnología. Es decir, no sienten motivación, ya que los precios son bajos y las inversiones son cuantiosas para este tipo de investigaciones.
Una vacuna ayuda a la naturaleza a autodefenderse. En nuestro país, las leyes que rigen el tema de patentes son: la Decisión de la Comunidad Andina 486, la Decisión de la Comunidad Andina 689, el Decreto Legislativo 1075. La Decisión 486 en su Artículo 276 dice a la letra: Los asuntos sobre Propiedad Industrial no comprendidos en la presente Decisión, serán regulados por las normas internas de los Países Miembros. (Véase en internet legislación de propiedad intelectual en web de Indecopi).
En el Perú no existe equidad en la distribución de la vacuna (o mejor dicho de las pocas vacunas que han llegado). Espero que dicha equidad no sea cuando se logre fabricar nuestra propia vacuna o se termine de importar las que se requieran. Acerca del problema de las licencias obligatorias para que la vacuna se produzca en el país, este se divide en dos posiciones: la primera, todo se puede solucionar siguiendo los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), es decir, no habrá problema si hay un consenso (entre los estados y las compañías farmacéuticas) con ingenio y buena voluntad, para evitar que las protecciones comerciales y los derechos de propiedad intelectual sean una barrera. Y la otra posición es de aquellos que pretenden, nuevamente, aislarnos del mundo. El llamado Acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC) forzó a muchos países, entre ellos al Perú, a proteger las patentes farmacéuticas.
El estado peruano tiene dentro de su legislación el poder aplicar la licencia obligatoria, es decir, que el gobierno que enfrenta una emergencia de salud puede obtener una licencia para producir un fármaco localmente sin la autorización. ¿Esto será posible?, se preguntará el lector de estas líneas. En el Perú, la realidad es que no tenemos dicha capacidad, en consecuencia, no habrá vacuna con la rapidez deseada y lamentablemente tendrán que seguir muriendo muchas personas.
Ad portas de unas elecciones presidenciales, esperemos que el actual gobierno otorgue las explicaciones del caso. La negociación por conseguir vacunas es importante si los negociadores son confiables. Además, es importante que, en adelante, las políticas de cooperación sobre ciencia, salud y tecnología traten de solucionar dichos problemas con anticipación. Nuestro pueblo no puede seguir muriendo. Exijamos al próximo gobierno claridad y transparencia.
(*) Consultor en propiedad intelectual en innovalexperu
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