La seguridad en cifras: entre el maquillaje policial y la realidad

En la gira que he realizado a Trujillo, cordialmente invitado por el comité de Perú Acción, constaté que la percepción de inseguridad sigue siendo altísima. Comerciantes, transportistas y vecinos viven bajo el miedo constante de extorsiones, robos y violencia.

Mientras tanto, las autoridades celebran una supuesta mejora: según la Policía Nacional, los casos de extorsión en Trujillo habrían disminuido un 17.5 % entre enero y mayo de 2025, respecto al mismo período del año anterior. Pero ¿es esta cifra creíble?

Ese dato proviene de la propia Policía Nacional y fue difundido con respaldo del Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana, que depende del Ministerio del Interior. En otras palabras, quienes deben combatir el delito son los mismos que producen las cifras que los “evalúan”. Esto representa un claro conflicto de interés.

Más aún, las encuestas del INEI revelan que más del 85 % de las extorsiones no se denuncian. ¿Qué valor tienen entonces las cifras oficiales si no incluyen la “cifra negra” que la mayoría de ciudadanos vive, pero no reporta?

Entre 2018 y 2024, las extorsiones en La Libertad crecieron más de un 400 %. Ese contexto no puede olvidarse frente a una caída puntual reciente. Un descenso temporal no borra el hecho de que la región sigue siendo la más golpeada por este delito, ni que bandas como “Los Pulpos” operan con impunidad e incluso con contactos dentro de la PNP.

Celebrar estadísticas sin contraste independiente es irresponsable. La seguridad no se mide por cifras optimistas en conferencias de prensa, sino por la tranquilidad —o el miedo— que experimentan los ciudadanos cada día.

Necesitamos datos creíbles, instituciones independientes y, sobre todo, autoridades dispuestas a enfrentar la verdad sin maquillajes. Solo así podrá construirse una seguridad real y duradera.

(*) Presidente de Perú Acción

Presidente de Consejo por la Paz.

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