Opinión

La red criminal de Pedro Castillo

Por: Omar Chehade Moya

Hace pocos días, la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar, confirmó un hecho abominable: que la red delictiva que habría propiciado el expresidente Pedro Castillo, en ese sector se habría extendido no solo en los programas “Mi Vivienda” y “Techo Propio”, sino también al Programa Nacional de Saneamiento Rural y Agua Segura para Lima y Callao, donde se colocó en ese sector como ministro al inefable Geiner Alvarado.

En verdad, ya no sorprende nada sobre los 17 meses de gestión en la presidencia del Perú de Castillo Terrones, lo único que hace es confirmar todo lo que nosotros veníamos advirtiendo incluso desde que se inauguró su luctuoso gobierno, pues habían capturado el poder como una empresa criminal conjunta, con la finalidad de asaltar el estado, engañar a la nación y destrozar la economía y todo el crecimiento económico que con mucho sacrificio se logró en los últimos 25 años.

Para ello, Pedro Castillo designó a la peor gente, a personajes ineptos o torpes, pero que sí se prestaban a desfalcar la hacienda pública, y traficar en enjuagues corruptos con el apoyo de muchos empresarios o lobistas. Para ello, como lo hiciera Montesinos en los noventa, aunque sin la inteligencia del capitán en retiro, desnudó a gran parte de la clase política, a muchos empresarios, profesionales, e incluso a periodistas y “líderes de opinión” que no dudaron en sacar provecho económico de la situación.

La crisis de valores que nos llevó este paréntesis siniestro de Castillo no solo contaminó el Ministerio de Vivienda, sino casi todos los demás, en especial, de los que se podría medrar más, con la repartición de la torta con su socio Vladimir Cerrón, que reinaba en ministerios lucrativos en obras, licencias y compras, como Transportes y Comunicaciones, Energía y Minas, Salud, Interior, etc. Felizmente la justicia ha podido capturar y desenmascarar a gran parte de los malhechores.

En el Ministerio de Vivienda, por ejemplo, se ha podido vislumbrar una organización criminal vertical, en donde en la cúspide de ella se encontraba Pedro Castillo, pero también el exministro Geiner Alvarado, y en esa línea le seguían el colaborador eficaz Salatiel Marrufo quien se desempeñaba como jefe de Gabinete de dicho ministerio, quien del modo más gansteril coordinaba y ejecutaba todas las coimas para provecho ilícito de “la organización”.

Hoy también se han acogido a la colaboración eficaz personajes como la empresaria Sada Goray y hasta el “simpático periodista” Mauricio Fernandini, quien aprovechaba sus buenas relaciones producto de su ocupación en medios de comunicación para traficar con ganancias delictivas. Si hay algo de bueno de esta tragedia de corruptelas, es que, una vez más en nuestra patria, se han desnudado a muchas personas que antes se pintaban acrisoladamente con verdadero cinismo.

La justicia debería sancionarlos con el máximo de la ley. El poder no corrompe, el poder desnuda.

(*) Exvicepresidente del Perú

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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