La historia del soldado Ryan en la vida real
La película “Salvar al soldado Ryan”, dirigida por Steven Spielberg y estrenada en 1998, es sin duda una de las mejores películas sobre la Segunda Guerra Mundial. Es memorable la escena del desembarco de Omaha, o la batalla final en la que Tom Hanks le pide a Matt Damon que se haga merecedor de los grandes sacrificios que ha supuesto su rescate.
En realidad, el filme se basa en un hecho de la vida real, la trágica historia de cuatro hermanos: Edward, Preston, Robert y Frederick “Fritz” Niland. Nacidos en de Tonawanda, Nueva York, hijos de Michael y Augusta, los hermanos sintieron la llamada de las armas bien pronto, alistándose Preston y Robert al poco de la invasión de Polonia, seguidos por Frederick y Edward tras el ataque japonés a Pearl Harbor.
Los Niland quisieron servir juntos, pero el ejército no se lo permitió por temor a que repitieran las tragedias fatales para la moral, como la de los hermanos Sullivan, muertos cuando el crucero en el que servían fue torpedeado durante la batalla de Guadalcanal.
Por ello, los Niland tuvieron que elegir caminos distintos, alistándose Robert y Frederick en los paracaidistas, su hermano Preston en la infantería (donde alcanzó el grado de teniente), y Edward como operador de radio en los bombarderos que atacaban a los japoneses en Burma (actual Myanmar).
Preston, Robert y Edward murieron en sendas batallas. La tragedia removió la conciencia del Departamento de Guerra, que decidió sacar a Frederick del frente y enviarlo a casa para evitar más dolor a su familia.
El encargado de esa tarea no fue como en la película, un escuadrón de élite de rangers, sino el capellán de la división de Niland, Francis L. Samson, quien logró la proeza. Tras la guerra, Frederick continuaría con sus estudios de medicina, licenciándose como dentista y abriendo un consultorio cerca de las cataratas Niágara. Se casó con Marilyn Hartnett Batt, quien le daría dos hijas Catherine y Mary. Moriría finalmente en San Francisco en 1983 a los 63 años.