Opinión

La cortesanía de Palacio

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Pese a que son más las críticas que los elogios, algunos colegas comentan en las redes que el presidente Pedro Castillo salió gateando, pero vivo de la entrevista con Fernando del Rincón de CNN. Agregan que ello se debe a que las entrevistas con Hildebrandt y Lúcar tuvieron como fin que ejercite su “floro” y haga hora; es decir, un media training (entrenamiento) bien dispuesto por su equipo de asesores. Lamentablemente, nosotros percibimos lo contrario, lo lanzaron al ruedo desarmado, sin saber qué responder a preguntas que se sabía que el periodista mexicano le iba a hacer.

Todo parece indicar que a Castillo le falta un entorno de respaldo. Puede tener a los sucesores de Pacheco, personas que lo elogien y le den algunas ideas para mantener su ego más arriba de lo que debe estar, pero todo indica que carece de profesionales que verdaderamente lo asesoren, le abran el horizonte, intuyan los riesgos y le den las herramientas necesarias para enfrentar los contratiempos y los momentos críticos.

Ya Hildebrandt, quien también lo entrevistó, había percibido este clima de orfandad en Palacio de Gobierno, donde vio al presidente acompañado, pero en el fondo solo. “Lo está aquejando este ensimismamiento del poder. La soberbia que implica estar en un palacio, rodeado de gente, de servidores atentos y seguros”, afirmó el periodista.

Hildebrandt recuerda que con Alan García y Fernando Belaunde ocurrió lo mismo. “Estas personas, encumbradas hablan consigo mismas o con sus allegados. Hablan con su cortesanía. Es Versalles en la Plaza de Armas, es Luis XVI, que no se da cuenta y probablemente alguna madame Ponpadour, que también habrá por ahí”, comentó el periodista.

Martín Vizcarra tuvo a Karen Roca y quizá el inefable “Richard Swing” también cumplió esta función. Esa cortesanía que está ahí para asesorar, apoyar y aportar, pero que en realidad no lo hace, porque si cumpliera su función los resultados serían diferentes.

¿Cómo no advertirle a Castillo que le iban a preguntar su posición sobre Cuba, sobre la salida al mar para Bolivia, sobre las visitas a la casa de Breña, sobre los cuestionados nombramientos de ministros y otros funcionarios? Y no digan que Del Rincón se haya ensañado con Castillo porque este es izquierdista. Este periodista también ha puesto en jaque a varios políticos de derecha, a los que trató con la misma fiereza. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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