La Bolsa Internacional en crisis ¿Entendemos qué está pasando y cómo situaciones similares nos pueden afectar en el Perú?
Seguimos en un año de altas volatilidades y no paramos. los principales indicadores financieros bursátiles de EEUU aún no se recuperan de las pérdidas de los últimos 12 meses y, como es de imaginar, inversiones que “parecían” seguras porque permitía invertir en mercados desarrollados con retornos fijos (como los productos estructurados) no están pagando sus cupones y han afectado a muchas personas y familias que esperaban esa renta. Como si fuera poco, esta semana tuvimos quiebras en bancos norteamericanos y un desplome en el valor de las acciones de uno de los bancos más grandes de Europa, el Credit Suisse. ¿Qué es lo que está pasando y cómo situaciones similares pueden presentarse en el mercado peruano?
A veces, las sociedades nos dejamos llevar por la percepción más allá de la realidad y no entendemos (o no queremos entender) los impactos que generan rumores que afectan la reputación de las empresas y/o de las personas. Los casos presentados en las instituciones financieras son un fiel reflejo de ello y, como trataré de explicarlo en sencillo empezaré diciendo que me disculpo anticipadamente si es que por hacerlo sencillo omito algunos detalles.
En el caso de Credit Suisse, esta situación de crisis viene de varios meses atrás. El banco reconoció un problema de control interno y presentó un plan de reestructuración que fue asumido por el mercado. El problema se profundizó en la crisis reputacional generada; promovida y magnificada por la competencia frente a los clientes del banco; lo que determinó que el plan ejecutado no haya tenido, en el inicio, los resultados esperados. Los accionistas principales anunciaron que no podían seguir respaldando el banco y tuvimos una caída de más del 30% del valor de las acciones. Como es un banco “muy grande para caer” de inmediato los bancos centrales y el gobierno suizo señalaron su apoyo y se ejecutarán acciones para evitar la caída del banco y un eventual “riesgo sistémico o generalizado”.
Por el lado de Silicon Valley Bank, este banco que, tenía un tamaño de USD 200 mil millones, tuvo problemas de liquidez producto de que sus inversiones, enfocadas en empresas de tecnología y negocios de fase temprana (startups); como era de esperarse, producto de la alta volatilidad de los mercados, tuvieron que reperfilar o refinanciar sus operaciones (sin perjuicio de que algunos deudores habrán quebrado y perdieron sus garantías). Esta ruptura en el flujo de liquidez del banco y la consecuente desesperación por no mostrar estos problemas, hicieron que el banco acumule pérdidas millonarias por vender activos a precios castigados, lo que determinó su intervención y el consecuente cierre. Adicionalmente, se registró el cierre de otro banco más y probablemente vengan otras instituciones financieras pequeñas. Aunque la volatilidad bursátil del mercado norteamericano no se debe exclusivamente al sistema financiero, si es un punto en contra para acelerar su recuperación. En resumen, rumores perversos, planes de reestructuración sin respaldo de los inversionistas y problemas de liquidez que se agrandaron con malas decisiones terminaron esta semana moviendo los mercados.
En el Perú cualquiera de estos casos sería terrible y hoy, producto de la volatilidad, muchas personas que invierten, por ejemplo, en productos estructurados que los creían seguros y que tenían una renta fija están muy nerviosos y decepcionados. La pregunta es ¿Sabían y comprendían en lo que se metían? ¿Se asesoraron profesionalmente y comprendieron los riesgos asociados? En nuestro país, más del 80% de los inversionistas son de renta fija y ello presupone que existe una tendencia a recibir intereses (o dividendos) fijos para vivir o cubrir parte de sus gastos. Mi consejo a estos inversionistas es que revisen su perfil de riesgo y sus objetivos de inversión y busquen inversiones diversificadas pero NO CORRELACIONADAS con el mercado bursátil, de preferencia a través de administradores regulados. Exploren fondos mutuos y/o de inversión de deuda privada, de confirming o factoring y aprovechen las oportunidades de operaciones hasta 36 meses.
Por otro lado, mi consejo a los asesores financieros es que validen las necesidades de su cliente y no los convenzan a confiar en ustedes a costa de que el “otro” está mal o “va a quebrar”, hagan un esfuerzo profesional por construir la mejor solución. El mercado y sobre todo sus clientes se los van a agradecer.
(*) Gerente General de BLANCO Sociedad Administradora de Fondos S.A.C. y miembro del Directorio de la UPAL.
(*) Contador Público Colegiado y Máster en Banca y Finanzas