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Identidad y definición política

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Todo indica que en las elecciones del 2026 participarán más de 30 partidos políticos, pero ¿cuántas de esas organizaciones tienen un horizonte ideológico establecido y una doctrina partidaria definida? Tal vez no alcancen ni los dedos de una sola mano para contarlas.

Esa es la razón por la que en los últimos quinquenios generalmente hayamos elegido a gobernantes sin conocer con precisión su identidad política e ideológica, no por sus propuestas y planes, sino solo por la confianza que inspiraban.

Salvo Alan García, quien fue elegido por segunda vez el 2006, desde el año 2001 hacia adelante prácticamente todos los presidentes han sido medios outsiders. Pedro Castillo ganó las elecciones en el 2021 no necesariamente por pertenecer a Perú Libre y por la doctrina y líneas programáticas de este partido, sino por la imagen que entonces proyectaba, de profesor provinciano aparentemente humilde y honesto.

Pedro Pablo Kuczynski fundó un partido, Peruanos por el Kambio (PPK, en 2014), para proyectar una imagen más personal tras su fracaso en las elecciones del 2011 por la Alianza por el Gran Cambio. Y fue elegido en 2016 y su Gobierno se presumía conservador y liberal, pero se deslizó hacia el centro y fluctuó entre la derecha y la izquierda. Terminó mal.

Ollanta Humala, electo en 2016, pudo tener la influencia doctrinaria nacionalista de su padre, don Isaac Humala, pero desnudó su debilidad ideológica con su zigzagueante dirección política en su gobierno, pese a que el Partido Nacionalista no era nuevo, pues lo había fundado en 2005. Tuvo que sacarse el polo rojo y de la mano de su esposa se desplazó de una izquierda supuestamente radical hacia el centro, pero divagó entre algunas buenas obras y las sombras de los aportes de Odebrecht a su campaña.

Quizá Alejandro Toledo, pese a sus errores, es el segundo expresidente que tuvo mayor definición e identificación política. A su regreso de Estados Unidos, fundó Perú Posible para postular en las elecciones de 1995 y después del 2000, perdiendo en ambas.

Encabezó la oposición contra Alberto Fujimori y fue elegido recién en 2001. Toledo abrió el país a la inversión extranjera e impulsó la firma de los TLC. Sin embargo, cayó en las redes de la corrupción, según una acusación fiscal que lo llevó a la cárcel.

La definición política e ideológica puede estar claramente explicados en los estatutos, principios, misión y visión. Sin embargo, en la práctica estos partidos por lo general demuestran lo contrario. El papel aguanta todo y las palabras se las lleva el viento. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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