En medio de las preocupaciones sobre su estado de salud a causa de problemas de respiración, el Papa Francisco, de 87 años, presidió ayer por la noche la Vigilia Pascual, en la Basílica de San Pedro. Frente a miles de peregrinos de todo el mundo conmemoró la noche santa en la que Jesucristo resucitó.
Esta reaparición se dio luego de la cancelación de última hora de su visita al Vía Crucis, en el Coliseo ante 25.000 personas en la noche del viernes.
“Con el objetivo de preservar su salud para la Vigilia y la Misa del Domingo de Pascua, Francisco seguirá el Vía Crucis en el Coliseo desde la residencia de Santa Marta esta tarde”, había anunciado el Vaticano en sus redes sociales.
De este modo, Francisco estará también presente la misa de este domingo de resurrección y la bendición “Urbi et Orbi”.
