Opinión

Fábula de la gallina desplumada

Muchos la cuentan, pero no hay una fuente precisa que certifique su veracidad. Sin embargo, la “fábula de la gallina desplumada” encierra una gran verdad. Y explica la razón por la que muchos gobernantes, ya sea de derecha, izquierda y las demás tendencias políticas e ideológicas, se hacen del poder y logran encandilar a sus adeptos o simpatizantes con una especie de hipnotismo que aparentemente no tiene explicación.

El protagonista de esta metáfora es Josef Stalin, quien gobernó la ex Unión Soviética desde 1929 (año en que se erigió como sucesor de Lenin tras el exilio de Trotsky) hasta su fallecimiento en 1953. Cuentan que Stalin, en una reunión con sus más estrechos colaboradores, solicitó que le alcanzaran una gallina. Tomó el ave con las manos y empezó a desplumarla bruscamente. La pobre gallina, desesperada por el dolor, intentaba escapar sin lograrlo. Cuando le había sacado casi todas las plumas, Stalin lanzó al animal contra el suelo.

Luego, el dictador se dirigió a sus colaboradores y les dijo: “Ahora, atentos a lo que va a suceder”. Se alejó del ave un poco y agarró un puñado de trigo. Todos los presentes observaban asombrados cómo la gallina, asustada, adolorida y sangrando, corría detrás de Stalin mientras este le iba tirando algunos granos de trigo.

Entonces, Stalin expresó: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. ¿Vieron cómo me persiguió la gallina a pesar del dolor que le causé? Así son la mayoría de los pueblos, persiguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les causan por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida para uno o dos días”.

Con esto no pretendemos alabar a Stalin, quien fue un dictador, un autócrata que capturó y ejerció el poder en forma monolítica, recurriendo al genocidio. Tampoco intentamos ofender expresamente a algún líder de derecha, de izquierda o de las demás policromías políticas. A quien le caiga el guante, que se lo chante. Menos herir al pueblo que se equivoca con su voto y luego expresa su decepción.

Con la “fábula de la gallina desplumada” solo queremos llamar a la reflexión. No es mentira que la mayoría de los políticos solo buscan satisfacer su ambición de superioridad, dominio y poder, aprovechándose de la ignorancia, desconocimiento, ingenuidad y debilidades de la gente a la que dicen proteger. En las próximas elecciones, municipales y regionales, presidenciales o las que sean, la población tiene el derecho y el deber de pensar bien su voto, no cayendo nuevamente a un pozo sin agua y después no saber cómo salir. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ver también
Cerrar
Botón volver arriba