“El Principito” que voló a la eternidad

Antoine Marie Jean-Baptiste Roger, conocido como Antoine de Saint-Exupéry, autor de “El principito”, fue un novelista nacido el 29 de junio de 1900 en Lyon, Francia. Su otra pasión, la aviación, lo condujo a la muerte el 31 de julio de 1944 en el Mar Mediterráneo, cerca de Marsella.

Su cadáver nunca pudo ser encontrado. De joven destacó en las matemáticas y se hizo piloto cuando cumplió el servicio militar. La aviación le gustó tanto, que se dedicó a la investigación y patentó varios inventos. Pero la literatura también lo fascinaba.

Además de escribir sus novelas, cultivó el periodismo publicando re portajes de sus viajes en Paris-Soir. En agosto de 1936 fue enviado por L’Intransigeant a cubrir la Guerra Civil española. Hacia fines de 1940, el escritor y su esposa se instalaron en Estados Unidos. Consuelo Suncín, una salvadoreña a la que había conocido en Argentina, era de una familia acaudalada.

De arriesgar su vida en combate, Antoine de Saint-Exupéry pasó a disfrutar del Central Park de Nueva York. Era defensor de los judíos y estaba muy comprometido contra el nazismo. Por eso decidió apoyar en la guerra contra la Alemania nazi. Su misión era fotografiar las defensas alemanas para la invasión aliada en el sur de Francia.

El día fatídico, II Guerra Mundial se hallaba en su máximo apogeo cuando, a las 13:30, un avión de combate Lightning P38, que él piloteaba, desapareció de los radares del cuartel general norteamericano. El literato y aviador no fue visto nunca más.

En 1998, un pescador halló cerca de la pequeña isla de Riou, frente a Marsella, una pulsera que brillaba y tenía grabado el nombre de su antiguo dueño: Antoine de Saint-Exupéry. Tenía otro nombre: Consuelo Suncín, la esposa del novelista desaparecido.

“Todas las personas mayores han comenzado por ser niños (aunque pocas lo recuerden)”, dice el prólogo de “El Principito”, que se convirtió en el libro francés más leído y traducido de la historia.