Opinión

El gran Yasser Arafat y la noble causa Palestina

Por: Omar Chehade Moya

Cuando nació mi hijo hace cuatro años no dudé ni por un instante en bautizarlo con el nombre de YASSER, en tributo y homenaje al gran líder y padre de la patria de Palestina: Yasser Arafat. Yasser, que en cristiano significa también: “Dios nos cuida y protege”. Yasser Arafat ha sido el más grande luchador de todos los palestinos ante la larga ocupación de su tierra natal por parte de Israel. La lucha de Arafat refleja muchas de las luchas que Palestina ha entablado en busca de su libertad. Yasser Arafat fundó Fatah a finales de los años 50, organización cuyo nombre deriva del acrónimo árabe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) convirtiéndose en una prominente figura internacional a raíz de la “batalla de la dignidad” en 1968.

La resistencia que Arafat ofreció durante “la Batalla de la Dignidad dio a su pueblo la esperanza que la derrota de la “Guerra de los Seis Días” podía ser contrarrestada. Durante este épico enfrentamiento FATAH fue el objetivo de una de las más importantes ofensivas del ejército israelí. Mientras otros se retiraban ante la abrumadora fuerza militar sionista, Arafat se opuso a ella, expresando: “queremos convencer al universo de que en el mundo árabe estamos aquellos que no huimos del enemigo invasor”. Habiéndose ganado la reputación de ser el único capaz de enfrentarse al sionismo. El liderazgo de Yasser Arafat quedó consolidado ente el pueblo palestino. Bajo su mando, FATAH fue declarado el único y legítimo representante de los palestinos ante la ONU.

Arafat fue el primer líder de una organización no gubernamental en tomar la palabra en una Asamblea General de Naciones Unidas el 13 de noviembre de 1974. Allí dijo: “Vengo llevando una rama de olivo en una mano, y el arma de luchador por la libertad en la otra mano, no dejen que la rama de olivo caiga de mi mano”. “Soy un refugiado porque no tengo nada, porque he sido desterrado y desposeído de mi patria”. Durante décadas Arafat fue forzado al exilio permanente y se enfrentó al brutal ataque israelí. No obstante, su grandeza hizo buscar una solución pacífica al conflicto con el adversario, hasta firmar el Tratado de Paz con Israel en 1993, y los acuerdos de Oslo, que le valieron ganar el Premio Nobel de la Paz en 1995. Sin embargo, las injustas agresiones de Israel prosiguieron, y en el 2000 el sanguinario primer ministro israelí, Ariel Sharon ordenó confinar al presidente Arafat en el Cuartel General (la Mukata) en Ramallah.

Luego Sharon amenazó con matar a Arafat ante la protesta de la comunidad internacional que se solidarizaba con el líder palestino y con su nación. El 11 de noviembre de 2004, Yasser Arafat falleció envenenado por sus enemigos con una sustancia denominada “polonio 210” en la absurda creencia que el crimen no dejaría huella. Mataron su cuerpo, pero jamás su lucha, sus ideales, ni la fe y perseverancia de libertad e independencia de la causa del noble pueblo palestino.

(*) Ex vicepresidente y ex congresista de la República.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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