
Este 20 de setiembre se cumple el Bicentenario de instalación de la Asamblea Constituyente que emitió al año siguiente la primera Constitución del Perú. Luego de 200 años el Parlamento estaba en crisis y tuvo que recurrirse a elección de nuevo presidente, siendo elegido el General de División EP José Williams Zapata, Jefe del Comando Chavín de Huantar que recuperó la Embajada de Japón.
Esta elección echa por tierra la pretensión del extremismo de cerrar el Congreso, gritado a los cuatro vientos por los partidarios del régimen y algunos de sus ministros. Al elegirse a un prestigiado militar, la opción de clausurarlo se diluye, porque cerrar el Congreso ilegalmente sería un golpe de Estado que las fuerzas civiles y militares no podría tolerar. Ya bastante daño hizo el cierre del Congreso el 30 de setiembre de 2019 decretado por el corrupto Martín Vizcarra con el apoyo del Ministro del Interior Carlos Morán y la Policía Nacional encabezada por el General y la complacencia del Comando Militar y el Tribunal Constitucional de la época, en actos irrepetibles.
Asimismo, la presencia del Presidente Castillo en el Congreso de la República, a invitación del Presidente del Congreso, implica no solo una actitud adecuada de Williams Zapata, sino también un sometimiento tácito del gobernante al Congreso, evidenciando que Pedro Castillo está muy debilitado y busca ahora un diálogo al cual antes había cerrado las posibilidades. Pero parece que el encuentro solo ha servido a temas de agenda y no de alta política, aunque podría ser un inicio.
Consolidado el Congreso bajo su nueva presidencia, se produje un cambio importante porque esto coincide con la censura del Ministro de Transportes y Comunicaciones Sr. Geiner Alvarado, involucrado en presuntos actos de corrupción por los colaboradores eficaces cuando era Ministro de Vivienda y esta censura tuvo 94 votos incluidos votos de Perú Libre y otros que solían respaldar al Ejecutivo. Antes de eso en la misma elección del nuevo presidente, los congresistas del Lápiz no respaldaron al candidato Aragón, sorprendiendo a los analistas.
Esto significa que en el Congreso podría haber una posibilidad en el futuro, espero no muy largo, de construir un consenso que se incline por la suspensión o la vacancia.
Por tanto, el Congreso se ha consolidado y el Ejecutivo se ha debilitado; ante este cuadro, es deber de las fuerzas políticas democráticas conversar, sin equivocados protagonismos, para ir construyendo una agenda nacional que sea desarrollada por un equipo de muy amplia base social y política.
(*) Excongresista
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