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Del tabaco a la libertad: programas combinados cambian vidas

Dejar de fumar es una de las decisiones más importantes que una persona puede tomar para mejorar su salud y calidad de vida. Abandonar este hábito reduce significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, cardiovasculares y más de 20 tipos de cáncer. El tabaquismo es la principal causa de muerte prevenible en el mundo y cobra la vida de aproximadamente 8 millones de personas cada año, según explica la neumóloga Fátima Ortega, de la Clínica Ricardo Palma.

Hoy en día existen diversos programas diseñados para ayudar a las personas a dejar de fumar. Los más efectivos combinan múltiples métodos con enfoques tanto farmacológicos como conductuales. Esto incluye el uso de medicamentos como la vareniclina, el bupropión y tratamientos de reemplazo de nicotina (chicles, parches e inhaladores), junto con intervenciones psicológicas que acompañan al paciente en un proceso que, muchas veces, resulta desafiante debido a factores físicos, emocionales y sociales.

El apoyo psicológico cumple un rol fundamental, ya que aborda la dependencia tanto física como emocional. Brinda herramientas para enfrentar el síndrome de abstinencia y los desencadenantes emocionales, como la ansiedad o el estrés. Además, enseña técnicas para manejar situaciones difíciles (como la relajación, la comunicación efectiva y la actividad física) con el fin de prevenir recaídas y mantener la motivación a lo largo del proceso.

Prepararse para dejar el tabaco no es sencillo, pero sí esencial. Contar con un plan de acción incrementa las probabilidades de éxito. Para lograrlo, es importante fijar una fecha para dejar de fumar, anticiparse a los momentos de mayor deseo de encender un cigarrillo, y buscar alternativas saludables. También se recomienda solicitar el apoyo de familiares, amigos y profesionales de la salud, considerar tratamientos específicos, sustituir el cigarrillo por actividades como caminar, respirar profundamente o beber agua, ser paciente consigo mismo y celebrar cada logro, por pequeño que sea.

El peligroso hábito del vapeo

Por otro lado, la doctora Ortega advierte sobre el creciente uso de vapeadores entre los jóvenes, quienes suelen creer que son inofensivos. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que algunos de los compuestos presentes en el vapor (como el formaldehído, el benceno y los metales pesados) están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y otras enfermedades neoplásicas.

Fumar roba tiempo, energía y salud. Siempre es un buen momento para tomar la decisión de dejar el cigarrillo. Cada día sin tabaco es una victoria para el cuerpo y la mente.

 

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