“Debemos de repatriar a nuestros mejores científicos”

POR: CÉSAR PICCIOTTI

El físico nuclear Modesto Montoya afirma que no está en su mente convertirse en el primer ministro de Ciencia y Tecnología del país. “Por ahora solo estoy obsesionado que haya un ministerio”, precisa. El científico e investigador dialogó con nuestro canal digital La Noticia Multimedia.

El gobierno ha dispuesto la conformación del grupo de trabajo multisectorial que tendrá como finalidad elaborar una propuesta de ley para la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología. ¿Qué le parece esta decisión del Ejecutivo?

Bueno, esto demuestra que el presidente Castillo sí cumple lo que promete. Recuerdo que Ollanta Humala también había ofrecido un Ministerio de Ciencia y Tecnología, pero quedó en nada con la famosa Hoja de Ruta; es más, aplicó una política lamentable en ciencia y tecnología, donde Ecuador –por ejemplo– nos superó ampliamente en publicaciones científicas. Ahora ocupamos el sexto lugar de producción científica en América del Sur.

¿Usted conoce a los miembros que integran este grupo de trabajo?

Entiendo que son representantes de diversas instituciones dedicadas a la investigación. Allí está, por ejemplo, el doctor Benjamín Marticorena Castillo, presidente del Concytec (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica), quien viene desempañando un papel importante dentro de esta institución. Precisamente, las limitaciones que tiene el Concytec dentro de la Presidencia del Consejo de Ministros, quedarán de lado con la creación de este ministerio.

¿Considera que un mes es suficiente para elaborar una propuesta de tamaña magnitud como es la creación de un ministerio?

El plazo establecido para presentar el proyecto –31 de octubre– pienso que es suficiente, considerando que este tema se viene trabajando desde hace mucho tiempo. Cada uno de los integrantes de este grupo de trabajo ya tienen elaboradas sus propuestas, las mismas que se pondrán a consideración y se debatirán. Incluso la propia PCM (Presidencia del Consejo de Ministros) viene trabajando en este tema desde el inicio de este gobierno. De modo que no estamos hablando de una situación de última hora, sino bastante planificada.

Dentro de nuestra región varios países cuentan con un ministerio de estas características, ¿qué podemos rescatar de esas experiencias?

Mire, mi tesis de doctorado en Gobierno y Política Pública, se sustentó precisamente en las experiencias de varios gobiernos latinoamericanos que contaban con un Ministerio de Ciencia y Tecnología y carrera del investigador. Allí demostré claramente que estos países sostenían un trabajo visible a través de diversas publicaciones científicas por año. Es decir, invertían más y producían más. Ese es el caso de Argentina y Brasil, en esa época. En cambio, los que no tenían ministerio, duplicaban la inversión en ciencia y tecnología, pero no había mayor producción científica.

¿Eso qué significa?

Que, si uno invierte dinero sin política empoderada, simplemente se están echando los recursos al mar. Brasil –por ejemplo– sin invertir más, comenzó a producir más, igual que Argentina. Mire, México –que no tiene Ministerio de Ciencia y Tecnología– es un caso interesante: cuadriplicaron su inversión de mil millones de dólares a cuatro mil millones, pero su producción científica fue muy pobre. Esto significa que debemos tener un ente que se encargue de planificar y ejecutar políticas coherentes y dinámicas al más alto nivel. No en vano Argentina y Brasil producen ellos mismos sus propias vacunas contra el Covid. Evidencias hay muchas y en todo el mundo.

Uno de los grandes objetivos de este nuevo ministerio será, sin duda, impulsar la creación de valor agregado a nuestras materias primas. El Perú, ahora, es exportador nato de insumos para elaborar productos tecnológicos…

Tenemos un modelo “primario exportador”, es decir, dependemos de la materia prima, siendo la minería el bastión fundamental de este modelo. Por ponerle un ejemplo, el oro nosotros lo exportamos en lingotes, sin ningún valor agregado salvo su propio valor como tal. Pero si usted lo convierte –a través de un proceso físico químico– en nanopartículas de oro, su precio se multiplica por diez o por veinte. Pero como no tenemos ese conocimiento en nuestro país, eso mismo lo están haciendo en otro lugar.

Sin duda este ministerio requerirá de especialistas en el tema. ¿Tenemos cuadros preparados en el país o será necesario repatriar a muchos científicos peruanos que actualmente trabajan en el mundo?

Respecto a la población, tenemos la décima parte de los científicos que tiene Chile. Y eso se debe a que en el Perú no existe una carrera de investigador atractiva. Los jóvenes no quieren ser científicos. Los pocos que hay se han ido, porque no hay lugar para ellos. Afuera, estos peruanos están muy bien considerados. Debemos repatriarlos, traer a las mejores mentes, es imperioso hacerlo. Y comenzar a trabajar desde el colegio.

Finalmente, ¿usted será el primer ministro de Ciencia y Tecnología del país?

Yo no soy quien para responder a esa pregunta. Eso dependerá del presidente Castillo. Mi obsesión ahora es que haya un ministerio, no ser ministro.

ELABORAN TELAS CON NANOPARTÍCULAS UTILIZANDO COBRE

En la Universidad de Ingeniería tenemos a un científico, José Solís, quien viene trabajando con el cobre, convirtiéndolo en nanopartículas con la finalidad de fabricar telas con poder bactericida.

La idea de Solís es confeccionar uniformes para el personal médico de hospitales y clínicas, protegiéndolos de agentes patógenos y virus como el del Covid-19. Ese es solo un ejemplo de esfuerzos aislados que un Ministerio de Ciencia y Tecnología se encargaría de canalizarlos programáticamente.

En el Perú tenemos aún científicos muy valiosos que son tentados a trabajar en el extranjero. Esta situación debe cambiar con el nuevo ente rector que nosotros venimos impulsando desde hace décadas.