Opinión

De mal en peor

Por: Jorge del Castillo Gálvez

La verdad es que este gobierno no deja de sorprendernos cada semana con una nueva barbaridad bajo la manga. Este mes de noviembre, con un nuevo gabinete, se suponía iba a significar una mejora sustancial en la gestión pública, pero aparte de algunas buenas formas que superan las atrocidades verbales del casi olvidado Guido Bellido, las cosas siguen igual y a veces peor.

Se inició con la fiesta de Halloween de Barranzuela, negada al principio al calificarla como “reunión de trabajo” y comprobada en vivo y en directo, con la vergonzosa salida de Bermejo bajándole el cogote para no ser televisado, (¿en qué trancaría estaría?) y coronado este capítulo con la renuncia del ministro del Interior que violaba sus propias prohibiciones al hacer fiestas Covid.

Vergonzoso fue el rechazo diplomático de Panamá al designado “embajador” Richard Rojas, y la cancillería no tuvo mejor idea que reenviarlo a Venezuela que lo aceptó volando, pero un juez penal frustró esos planes al imponerle un impedimento de salida del país.

Le siguió el escándalo de los ascensos militares, las visitas furtivas de uniformados a Palacio y la insostenible presencia del ministro de Defensa, Walter Ayala, policía sancionado innumerables veces y que cometía nuevas trasgresiones al promover ascensos que les negaron por institucionalidad, pero que él transforma en venganza al desaforar a dos señores comandantes generales. Tuvo que irse sin pena ni gloria luego de un plantón que se realizó en la misma puerta del MINDEF.

Agreguemos la filtración de exámenes a los maestros, grave trafa cometida desde el Ministerio de Educación, por lo que el Sutep se ha movilizado exigiendo la renuncia del titular del sector.

Sumemos el caso del secretario general de la Presidencia, señor Bruno Pacheco, envuelto en decenas de reuniones con empresarios con problemas tributarios con Sunat, lobistas, traficantes de armas, ascensos militares y policiales irregulares que lo obligaron a renunciar y salir por la puerta falsa.

La denuncia de la doctora Mónica Yaya, por el tráfico de influencias y contrataciones ilegales de allegados al ministro de Justicia, Aníbal Torres, y el ministro de Economía, Pedro Francke, son un tremendo escándalo silenciado por la gran prensa y televisión, según denuncia por Twitter el mismísimo Vladimir Cerrón. Ambos ministros deberían dar un paso al costado para facilitar las investigaciones de las denuncias que están basadas en hechos muy evidentes.

Pero la protagonista central fue la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, conocida antiminera, por algo trabajaba en Grufides de Marco Arana, que de un zarpazo y de manera ilegal decretó el cierre de cuatro minas en Ayacucho Sur, sin escuchar a las empresas ni a los trabajadores, como lo recomienda el sentido común, causando un daño inconmensurable a la economía nacional, pues contradecía nada menos que al propio presidente Pedro Castillo, quien un día antes en CADE había ofrecido las mejores condiciones para la inversiones privadas como generadoras de empleo. Mirtha Vásquez Chuquilín debería renunciar.

La cereza la pone el ministro de Transportes, Juan Silva Villegas, quien ha dicho que solo prestará declaraciones a los periodistas que no lo fastidien, pero hay que preguntarle por qué nombra a dirigente de informales en un puesto clave del MTC, al cual tuvo que renunciar.

¡El Gobierno no da más y el pedido de vacancia va creciendo!

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button