Una inspección de la Contraloría General de la República se puso al descubierto que el Ministerio de Salud (Minsa) gastó S/2,385’000 en 450 concentradores de oxígeno que no cumplían con las especificaciones técnicas, pese a ser implementos de vital importancia para los pacientes con COVID-19.
El Órgano de Control Institucional (OCI) determinó que las seis empresas proveedoras que enviaron sus cotizaciones, entre el 20 de enero y el 22 de septiembre, no tenían los requisitos mínimos, por lo que la adjudicación de la buena pro de la licitación de realizó se manera irregular.
Al revisar los concentradores se descubrió que el flujómetro no medía continuamente la tasa de flujo de oxígeno, no contaban con el indicador de oclusión que suministra el elemento y también faltaba un indicador de alarma de alta presión para evitar un daño en el equipo.
Las máquinas fueron destinadas a los pacientes de la Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPRESS) de San Martín, Tacna, Ucayali y distritos de Lima Metropolitana y la comisión recomienda al ministro de Salud deslindar las responsabilidades con dos funcionarios.
