
Gracias a la gentil invitación de Martín Valdivia empezamos a escribir en este diario. Parece que fue ayer que publicamos la primera columna y con esta llegamos al número cien. En este primer ciento, hemos sido testigos de grandes logros del deporte peruano, como son la medalla olímpica conseguida por Stefano Peschiera y las hazañas de nuestros ultra nadadores Lorena Costa, Eduardo Collazos y Gustavo Lores, quienes vienen emulando al gran Daniel Carpio, conocido como “Carpayo”.
También las grandes actuaciones de una de las primeras “surfistas” peruanas, Rocío Larrañaga, ahora compitiendo con éxito en Canoa Polinesia (Va´a) y Nicolás Giha, en la modalidad skeet, le saca lustre a un apellido famoso en el tiro peruano.
Tuvimos la oportunidad de visitar las instalaciones administradas por Legado y comprobar el excelente mantenimiento que le daba a la infraestructura construida para los Juegos Panamericanos de Lima 2019, la cual se encuentra como nueva y fue pieza clave para que nos otorguen nuevamente la sede para el 2027.
Unos meses después, el gobierno decidió que esta infraestructura pase a manos del IPD, lo cual nos preocupa. El IPD a duras penas puede con lo que ya tenía y le dan más responsabilidades. En el automovilismo deportivo el piloto cusqueño José Abelardo “Abito” Caparó Sorolla fue uno de los cuatro talentos del automovilismo mundial patrocinados por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Gracias a “Impactando Vidas”, proyecto de nuestra pimponista olímpica Mónica Liyau, el tenis de mesa ha empezado a masificarse en nuestro país y muy pronto tendremos buenos jugadores representándonos.
El vóley femenino, que tantas alegrías nos dio, cayó al abismo y está recuperando, poco a poco, el sitial que alguna vez tuvo. Vemos mejores equipos en la Liga Superior y la afición ha respondido llenando el Polideportivo de Villa el Salvador.
Nos hubiera gustado poder decir que el fútbol peruano está en ascenso y que se hacen las cosas bien, lamentablemente debemos decir que en estos meses nuestro fútbol se encuentra en caída libre y parece que no tiene cuando parar.
Por primera vez en un proceso clasificatorio para un mundial hemos tenido tres entrenadores, cada uno con seis partidos, lo que demuestra improvisación. Se organiza torneos con número impar de equipos, donde cada fecha descansa uno, distorsionando la tabla de posiciones y la competencia. Ojalá el problema fuera solo la dirigencia de la federación.
Los clubes y las ligas departamentales también tienen responsabilidad en el mal momento. No solo eligen al presidente de la federación, lo apoyan (salvo honrosas excepciones) en las votaciones. Espero que en las próximas elecciones se empiece a enderezar la conducción del más popular de los deportes. El camino es largo, cuanto antes se empiece será mejor.
(*) Periodista deportivo.