Hablar de Cazador Huanca, “El Zorzal del Pueblo”, es hablar de otro gran artista que dedicó casi toda su vida a dar realce y difundir nuestro rico arte musical andino. Popularizó “A qué volviste”, “Tu abandono”, “Caprichos del corazón”,
“Me perdiste” y otros estupendos temas; sus admiradores decían que era el sucesor del gran Picaflor de los Andes. Sin embargo, ello no lo envaneció, siguió mostrándose como es él, sencillo y humilde; su don de gente le multiplicó amistades. Virgilio Peralta Llata nació un 8 de enero de hace 81 años, en Tacabamba, provincia
de Chota, región Cajamarca, sin presagiar que el destino lo llevaría a identificarse con el cancionero huanca.
Cuenta con 53 años de vida artística y ha recorrido palmo a palmo el país, sin embargo, no cuenta con pensión de gracia como otros de sus colegas. En el segundo año de pandemia estuvo a punto de perder la vida por el letal covid-19, pero afortunadamente supo atenuar ese mal. Entre sus recuerdos permanece el hecho de que Julio Castillo, esposo de Estrellita de Lircay, lo llevó a actuar al otrora Coliseo Nacional, hasta allí ya había grabado “Mi mala suerte” en Infopesa. “La venta de mis discos era tan buena que me obsequiaron un Volkswagen, pedí color mostaza, como el que tenía Picaflor de los Andes”, comentó en una conversación.
Y recuerda e m o c i o n a d o que cantó a dúo con Flor Pucarina, “La Faraona”. “Ella hacía
el contrato y cobraba bien, ya de ahí me pagaba, en las giras cantábamos a dúo”, añade. Recordó también
el dúo que conformó 45 años con Juanita del Ande. “Primero salía yo, después ella y luego hacíamos
dúo, las giras tampoco se hacían esperar…”, anota Cazador.