Buenas señales para el Perú (I)
Por lo general, las películas son metáforas que, a través de analogías, nos pueden trasladar imaginariamente a diversos contextos y realidades. El fin de semana vimos “Orando por la lluvia”, la historia de una periodista de Nueva York que, tras la sospechosa muerte de su padre, regresa a su comunidad granjera natal, que se encuentra azotada por la sequía y la violencia. Luego de ver el final feliz del filme nos vino a la mente la sequía de estabilidad política y paz social de la que adolece el Perú para echarse a andar sin encontrar en el camino esos obstáculos que muchas veces lo hacen tropezar, lo obligan a detenerse o a retroceder lo avanzado.
Se podría decir que, en materia económica, la piedra angular del desarrollo de un país, ha empezado la lluvia después de una larga sequía. La inflación, a la que antes conocíamos como índice de precios al consumidor, llegó a 2 % en mayo, su nivel más bajo desde diciembre del 2020. Es decir, la economía no ha estado en mejor situación durante tres años y medio. Ese es, definitivamente, un buen indicio, una buena señal.
Se trata de una buena noticia que confirma que el Perú, ahora sí, está en una situación que le puede permitir ingresar con pie firme al camino de la anhelada reactivación económica. Si a eso le sumamos estabilidad jurídica, garantía de democracia y condición necesaria para las inversiones, podríamos dar por sentado que nuestro país pronto saldrá a flote. Lo que se necesita ahora es que no haya piedras en el camino.
En realidad, hay muchas buenas señales. Por ejemplo, Estados Unidos ya no mira de reojo al Perú y ha mostrado su interés en hacer grandes inversiones, como lo ha señalado nuestro embajador en Washington, Alfredo Ferrero, quien ha anunciado que a fines de agosto llegará a Lima el subsecretario de Asuntos Económicos de EE. UU., José W. Fernández, con la misión de orientar la inversión norteamericana en diversos proyectos, especialmente los relacionados con la minería.
La minería es la principal fuente de ingreso del Perú. Se estima que, por cada empleo directo en minería se generan ocho empleos adicionales en otras actividades. Según el estudio Contribución de la Minería a la Economía Nacional, elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), si se pusiera en marcha la cartera de más de 40 proyectos mineros que tiene nuestro país actualmente, el sector generaría 2.3 millones de nuevos puestos de trabajo. Eso sería maravilloso.
Hay otras buenas señales para el Perú que abordaremos mañana en este mismo espacio, pues se quedaron varios asuntos interesantes en el tintero. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.