Apthapi: la nueva fotografía del altiplano, diálogos entre identidad y tradición
Por: Nilton Vela

El arte en los márgenes —o desde ellos— ha sido históricamente motor de transformaciones profundas. El Altiplano, con su carácter geográfico y cultural, es un punto de encuentro privilegiado para el imaginario visual. Desde que la modernidad llegó por las cordilleras y las orillas del inmenso Titicaca, la fotografía ha sido testigo y herramienta de cambio para los habitantes y visitantes de la región. Continuando con esta rica tradición, la cuarta edición del Apthapi, Festival Internacional de Fotografía en el Altiplano se posiciona como un espacio de ruptura y reflexión, donde lo visual no solo se contempla, sino que interpela. Este festival, inaugurado en noviembre de 2024 y que culminará este fin de mes, actúa como un dispositivo cultural que desafía las estructuras centralistas del arte peruano y sitúa al sur como epicentro de creación y pensamiento crítico.
Apthapi: ¿Qué es y qué función cumple?
Apthapi, vocablo aimara, evoca un espacio de diálogo donde, por tradición comunitaria, se comparten alimentos y saberes ancestrales. Inspirándose en este concepto, la Asociación Cultural Hatun Ñakaj creó un festival que promueve la conexión entre artistas y públicos para fortalecer nuestra identidad e historia. Esta edición incluyó dos salas expositivas, talleres, conversatorios e instalaciones, transformando al Altiplano en un epicentro cultural.
El sur: La imagen como resistencia
El festival comenzó con la muestra SUR en la galería del Centro Cultural Peruano Norteamericano de Puno, curada por quien escribe. Este espacio redefine la interculturalidad como un diálogo dinámico donde las identidades se yuxtaponen. Obras de artistas de Apurímac, Arequipa, Cusco y Puno trascienden el acto documental para cuestionar narrativas cómodas sobre la interculturalidad. Leoncio Layme, ganador del Premio Apthapi, destacó con Qorilazos de Chumbivilcas, un proyecto que expone la interculturalidad como un anaquel de símbolos anacrónicos.
Altiplano: Un territorio vivo
La muestra Altiplano, curada por Micaela Novotna, reunió a fotógrafos de Perú y Bolivia en un diálogo transfronterizo. Más que un paisaje, el Altiplano es un cuerpo vivo que alberga tensiones entre lo ancestral y lo moderno. Las propuestas no documentan el Ande; lo deconstruyen, mostrando cómo las imágenes se convierten en herramientas para cuestionar discursos hegemónicos.
Arte en el espacio público
Una de las instalaciones más impactantes fueron los cubos fotográficos de gran formato en espacios públicos. Con imágenes que exploraron memoria e identidad, esta intervención transformó lo cotidiano en un escenario simbólico.
Formación y praxis
Talleres y actividades complementaron el festival, democratizando el acceso al conocimiento. La fotografía se reivindica como un discurso complejo y una herramienta de incidencia social.
Un espacio para repensar el sur
El Apthapi trasciende la mera exhibición artística al convertirse en un punto de encuentro para el diálogo y la reflexión. Este festival invita a pensar el Altiplano desde sus propias dinámicas y tensiones, reconociendo su riqueza cultural y visual como una fuente inagotable de creación. En cada imagen, taller y actividad se reafirma el valor de mirar desde el sur, para el sur, con la convicción de que el arte es un agente poderoso de cambio y conexión.
(*) Artista plástico y gestor cultural
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