Otro de los personajes históricos de consideración es el conquistador macedonio, Alejandro III, más conocido como Alejandro Magno. Nacido en Pela el 20 o 21 de julio del 356 antes de nuestra era, y fallecido en Babilonia el 10 o 11 de junio del 323 antes de nuestra era, tal personaje histórico llegó a ser rey de Macedonia, hegemón de toda Grecia, faraón de Egipto y Gran rey de Media y Persia, hasta la fecha de su muerte.
Dotado de una gran capacidad para la estrategia del combate con ejércitos de su época, influyó en forma decisiva en otros personajes históricos como el romano Julio César o el francés Napoleón Bonaparte.
Alejandro Magno vivió en un tiempo en donde la democracia era prácticamente inexistente, y luchó contra la misma, en la medida que sometió militarmente a la antigua ciudad Estado de Atenas, en donde precisamente surge la democracia como el gobierno de la población. En ese sentido, Alejandro Magno no viene a ser un ejemplo de la democracia. Pero su mención y estudio viene a colación por varios motivos:
Por la estrategia de combate, por su política de fusión e interculturalidad y por su inspiración en arquetipos o modelos teóricos. Por la estrategia de combate, Alejandro demostró suma capacidad de adaptación a las más difíciles situaciones, aprovechando sus ventajas comparativas como la utilización de la falange macedónica con una prominente sarissa (una pica de tres a siete metros de longitud), que era un arma letal, propia de un ejército invencible para su época, al menos hasta las derrotas de los macedonios después de fenecido el imperio de Alejandro Magno, a manos de la República romana.
Por su política de fusión e interculturalidad, el conquistador macedonio promovió la integración de los pueblos sometidos a la dominación macedonia, incentivando la incorporación de los vencidos al ejército macedonio y favoreciendo los matrimonios mixtos, habiéndose casado el mismo Alejandro con mujeres persas.
Por su inspiración en arquetipos o modelos teóricos, Alejandro Magno basó sus acciones en la creencia de los mitos griegos y en la fe en personajes de tales mitos, como el guerrero invencible Aquiles. Siendo Macedonia una ciudad Estado que incluso habría sido antiguamente marginada por las destacadas ciudades Estado de Esparta y Atenas, Alejandro tuvo fe en los mitos griegos.
Ello quizás le hizo preguntarle a un rey indio derrotado sobre cómo quería que lo tratase, respondiendo éste: “como un rey”.
(*) Analista politico
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