
El lamentable incendio que arrasó una gran cantidad de viviendas en el centro de Lima puso al descubierto numerosos almacenes clandestinos e ilegales, construidos con ¿qué autorización? Esos almacenes debieron ser edificados con el permiso de algún mal funcionario que pensó: “Aquí me gano unos miles de soles fácilmente”. Sin embargo, esto causó un desastre a centenares de familias que ahora duermen en carpas instaladas en la Plaza Italia de Barrios Altos, lugar del fatal siniestro que nunca debió ocurrir si contáramos con buenos funcionarios en nuestros municipios, donde lamentablemente la corrupción se ha instalado de forma escandalosa.
En otra oportunidad narré, a través de un artículo, cómo la corrupción se blinda, y lo repetiré para que los futuros alcaldes tomen conciencia y actúen con mucho cuidado al hacerse cargo de un municipio. Es necesario que lo hagan con lupa, sometiendo a un tamiz a los empleados públicos para contar con funcionarios verdaderamente al servicio de sus vecinos, quienes pagan para recibir un mejor servicio. Hemos sido testigos de un voraz incendio en el centro de nuestra capital, que hizo imposible la labor de los bomberos, quienes lucharon por varias horas contra el fuego. Los almacenes instalados en edificios de 5 a 7 pisos se desplomaron por acción del incendio. Los hombres de rojo descubrieron que una gran cantidad de plástico había sido almacenada, material que dificultó la extinción del fuego, prolongando la angustia de las familias afectadas. Ahora muchos se preguntan:
¿Quién o quiénes son los culpables? Algunos señalaron al burgomaestre de Lima, mientras que los más juiciosos culparon a los malos trabajadores que han hecho de las coimas su negocio, otorgando luz verde a construcciones en lugares prohibidos, como la zona de Barrios Altos, donde se han levantado edificios en espacios reducidos, afectando a familias que han vivido allí durante muchos años.
¿Quién dio autorización para la construcción de grandes edificios que albergan almacenes y que se han convertido en un peligro para la ciudad?
La vicepresidenta de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Pola Guanilo, lanzó una advertencia muy delicada: nuestra industria está a punto de desaparecer si no la protegemos adecuadamente y evitamos la importación desmedida que viene ocurriendo. Esta situación pone en peligro la industria nacional, ya que las importaciones, principalmente de China, debido a su baja calidad, son más baratas en comparación con los productos nacionales, generando una competencia desigual y amenazando su existencia. Esto mantiene preocupado al empresario peruano.
Por eso insisto en la necesidad de transparentar los municipios con funcionarios que trabajen honradamente y no se apoyen en multas ficticias para extorsionar a los empresarios, obligándolos a pagar sanciones elevadas que terminan en sus bolsillos.
Ese mal funcionario debe ser denunciado en los medios de comunicación, escritos o hablados, para que sienta vergüenza y otros municipios no lo contraten. Esto ya sucedió con un funcionario del municipio de Ventanilla, quien extorsionó a una empresaria que fabricaba mascarillas, empleando a madres de familia que, durante la pandemia, trabajaron para alimentar a sus hijos.
(*) Abogado y exdecano del Colegio de Contadores Público de Lima.
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