
Este jueves, durante la segunda audiencia de su juicio oral, el expresidente Pedro Castillo mostró una actitud desafiante mientras se enfrenta a la acusación de haber planificado un golpe de Estado a finales de 2022.
En este proceso, el Ministerio Público solicita 34 años de prisión por los delitos de rebelión y abuso de autoridad. Castillo reiteró su rechazo a contar con la defensa pública y expresó su descontento con el tribunal judicial, acusando al Ministerio Público de distorsionar los cargos en su contra para justificar su encarcelamiento.
En un momento dado, intentó abandonar la sala, pero los jueces rechazaron su solicitud. El juez supremo José Neyra, presidente de la sala, le instó a permanecer en la audiencia y le advirtió sobre posibles acciones si persistía en su negativa.
“No deseo participar más de este juicio, con su permiso, ¿puedo retirarme? (…) Estoy aquí contra mi voluntad», señaló.
“Jóvenes robustos pidiendo millones de plata… que vayan a trabajar. Yo no puedo trabajar, tengo que hacer una rifa (para pagar eso). Nunca he cogido un arma. Dígame en qué momento se ha cerrado el Congreso. (…) Voy a retirarme porque quiero coordinar unos temas”, acotó.
Asimismo, destacó que Castillo había manifestado su decisión de no contar con un abogado particular y recalcó que todo lo que estaba sucediendo en la sala se estaba grabando en video.