
El presidente del Consejo de Ministros, señor Guido Bellido, se presentará hoy ante el pleno del Congreso para exponer el plan de gobierno y las medidas que el ejecutivo requiera para la mejor administración del Estado. Esta medida resulta de alguna manera contradictoria porque ha sido tomada del régimen parlamentario de países como Italia, Inglaterra, Alemania o España, donde el voto de investidura es solicitado por el Jefe de Gobierno que a su vez es el líder del partido de la mayoría en el parlamento. Aquí, quien pide el voto de investidura es una persona que ha sido designada por el propio presidente de la República, cuya labor es ser su primer portavoz cuando el mandatario así lo decide; en segundo lugar, es el coordinador del gabinete y es también el enlace del Poder Ejecutivo con los otros organismos del Estado, particularmente con el Congreso.
En consecuencia, el señor Bellido, como cualquier otro presidente del Consejo de Ministros en el Perú, no tiene capacidad de determinación sobre el rumbo y la marcha del país, en todo caso una mera influencia. Entonces, resulta poco creíble que el señor Bellido pueda exponer puntos de vista diferentes a las órdenes o mandatos que le formule el presidente Castillo. Pero más allá de esa situación incoherente, el segundo tema que tendrá que dilucidar el Congreso es sobre la idoneidad de los miembros del gabinete, y en ese sentido el Congreso tiene la plena libertad para pronunciarse sobre aspectos tales como la idoneidad profesional, la experiencia o competencia política y, sobre todo, la ética pública y privada de quienes integran este organismo.
Luego de sustentado el debate y planteado el otorgamiento de la confianza, el Congreso podrá condicionar el otorgamiento de la confianza a la remoción de algunos miembros del gabinete. Es probable que sobre esta materia se produzca lo que se observó con el gabinete Cornejo y el gabinete Ana Jara –ambos durante el gobierno de Ollanta Humala– cuando un amplio sector de congresistas decidió no pronunciarse a favor ni en contra, sino en abstención.
En ese sentido, el Congreso decidirá si comparte la posición gubernamental del gabinete y si considera pertinente la presencia de algunos de los miembros que lo componen. Ya existe una experiencia interesante en el pasado cuando muchos votaron en abstención generando mucha expectativa a efectos de lograr la reconsideración de algunos puntos programáticos o la reconsideración de algunos miembros del gabinete.
Esperemos que la decisión que adopten los miembros del Congreso sea la más positiva para los intereses del país dentro de un gabinete que, lamentablemente, no ofrece las garantías que la ciudadanía reclama.
(*) Expresidente del Tribunal Constitucional
(*) Exministro de Justicia
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.