
Por: Lilly Bustamante
En la arqueológica región del Cusco, la singular festividad de la huaylía toma un lugar especial durante la tradición navideña. Esto es en la provincia de Chumbivilcas y sus diversos distritos, particularmente en la localidad de Santo Tomás, donde cobra vida esta tradición como género de música y danza producto del proceso de mestizaje.
La huaylía acompaña a la faustuosa veneración de las dos imágenes del Niño Jesús de Belén, conocidos allá como Belén, Niño de Santo Tomás o simplemente Niño.
“Los Carguyog”, organizadores de las festividades en cada barrio, contratan conjuntos de huaylías para acompañar a los feligreses y demás personajes durante el desplazamiento de las actividades. Esto incluye el costumbrista “takanakuy”, un enfrentamiento ritual que pone a prueba el valor para resolver eventuales conflictos.
El Ministerio de Cultura ha honrado a la huaylía de Chumbivilcas en la región Cusco, otorgándole el título de Patrimonio Cultural de la Nación. Esta distinción se debe a que la huaylia es un género de música y danza que ha devenido del enriquecedor proceso de mestizaje.
La influencia de la huaylía va más allá de las diferentes festividades y la de Chumbivilcas va más allá de las festividades navideñas. Destaca su presencia durante la celebración de la Mamacha Cocharcas. La música emplea uno o dos violines como instrumentos melódicos y un arpa como instrumento rítmico.
El baile, que es rematando cada estrofa con el coro, representa a las pastoras de ganado de las zonas de altura, utilizando la vestimenta tradicional de Chumbivilcas.