
En los ciclos empresariales, las crisis son inevitables. Ya sea una recesión económica, un cambio en el mercado, noticias que afectan la reputación e integridad de sus directivos o problemas internos, todas las empresas enfrentan momentos difíciles en algún momento de su ciclo. Sin embargo, la verdadera medida de una empresa no está en evitar estas crisis, sino en cómo resurge de ellas.
Les comparto los que, en mi opinión, son importantes pasos a seguir:
- Evaluación y reflexión: El primer paso para superar una crisis es enfrentarla de manera realista y hacer una evaluación honesta de sus causas. ¿Fue un problema de gestión, una mala toma de decisiones o factores externos fuera de control? Reflexionar sobre estas preguntas ayudará a entender la raíz del problema y evitar cometer los mismos errores en el futuro.
- Reestructuración y adaptación: Una vez identificadas las causas de la crisis, es crucial realizar ajustes en la estructura y operaciones del negocio. Esto puede implicar reducciones en los gastos, cambios en el modelo de negocio o la adopción de nuevas tecnologías. La capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios es fundamental para salir adelante.
- Comunicación transparente y frontal: La comunicación transparente con todas las partes interesadas es esencial; pero además debe ser muy frontal. Esto incluye a colaboradores, clientes, proveedores e inversores. Mantener a todos informados sobre la situación actual de la empresa, así como los planes para superar la crisis, ayuda a construir confianza y lealtad.
- Innovación y creatividad: Las crisis también pueden ser oportunidades para la innovación y creatividad. Buscar nuevas formas de proponer valor, desarrollar productos innovadores o explorar nuevos mercados puede ser clave para salir adelante. La capacidad de “pensar fuera de la caja” y adaptarse a las nuevas condiciones es fundamental en tiempos de crisis.
- Enfoque en el cliente: Durante una crisis, es fácil que todos se obsesionen con los problemas internos de la empresa más aún si se ventilan. No se puede olvidar que el cliente sigue siendo la razón de ser del negocio. Mantener un enfoque en satisfacer las necesidades y expectativas del cliente, así parezca una “misión imposible”, ayuda a mantener la lealtad de estos.
- Aprovechar recursos existentes: La mayor tentación será buscar “soluciones externas costosas” para resolver los problemas. Sin embargo, a menudo existen recursos internos que pueden aprovecharse de manera más efectiva. Esto podría incluir el desarrollo de talento interno, la optimización de procesos o la utilización más eficiente de los activos existentes.
- Aprendizaje continuo: Finalmente, es importante reconocer que las crisis son oportunidades de aprendizaje. Cada desafío superado proporciona lecciones valiosas que pueden aplicarse en el futuro. Fomentar una cultura de aprendizaje continuo dentro ayuda a construir resiliencia y prepara a tener un equipo “preparado para lo que venga”. En resumen, las empresas pueden convertir la adversidad en oportunidad y emerger más fuertes que nunca, depende de la esencia que sus colaboradores transmitan y que el plan sea respaldado por su entorno de negocios. El voto de confianza es vital; sin este, todos pierden.
(*) Miembro del Directorio de la UPAL. Es Contador Público Colegiado y Máster en Banca y Finanzas