
Hasta hace unos años la economía en el Perú que ya funcionaba con piloto automático se podía jactar que, pese a los líos y problemas intestinos en las instituciones, seguía creciendo (PBI) entre 3% a 5%, y que no afectaba ni su desarrollo ni el nivel de inversiones y confianza en el país.
Lamentablemente, hoy ya no sucede lo mismo, pues el desastre institucional en que vivimos sí está afectando no solo su crecimiento, sino además el nivel de riesgo país y de inversiones privadas tanto nacionales como extranjeras.
Entonces lo que para el común denominador del peruano de a pie, podía ser observar diariamente un burdo circo de peleas, escándalos y hechos pintorescos en el Congreso, en el Ejecutivo, el Poder Judicial o el Ministerio Público, en la actualidad ya no causa risa, porque todos nos vemos afectados en nuestros bolsillos y en la capacidad adquisitiva de nuestros ingresos que cada vez son más famélicos.
Cuando Ollanta Humala asumió la presidencia de la República en el año 2011, la solidez institucional en Perú estaba en el puesto 94 entre aproximadamente 200 países de reconocimiento mundial.
Cuando terminó su gobierno en julio 2016, el Perú descendió al puesto 117, lo que significaba una seria tendencia al retroceso. Cifras muy malas. Sin embargo, lo que vino después: 6 presidentes en menos de 7 años, ha significado un cataclismo en las instituciones tutelares del país que ahora no solo afecta la economía, sino que, además, pone en jaque la situación financiera de cada peruano.
El circo institucional de antes ya no es chistoso para los peruanos. Hasta el 2018 había 19% de pobres en el Perú, cinco años después existen alrededor de 27% personas que están en la esfera de la pobreza. ¿por qué Perú que ha ido creciendo económicamente y de manera sostenida en los últimos 23 años, y donde se tiene 75 mil millones de dólares de reserva, estamos estancados?
En Argentina que tiene 45% de pobres y tiene menos 10 mil millones de dólares de reserva, se entiende que su nación haya elegido a Javier Milei como presidente, un político libertario, ultraderechista, capitalista y hasta extravagante, ante el desastre del peronismo Kirchnerista de dos décadas continuas.
Sin embargo, ¿Qué pasa en el Perú? La respuesta más sensata es el desastre institucional: Corrupción y pésimo nivel en los integrantes del Congreso, guerra y corrupción en el Poder Judicial y el Ministerio Público, partidos políticos por doquier pero que en su mayoría son cascarones electorales, sin doctrina, ni principios, sin orden y sin vida política, donde son pocos los cuadros partidarios y que solo esperan la última hora para postular a las elecciones y así obtener un cargo importante en la administración pública.
Finalmente, un Poder Ejecutivo que sobrevive a trancas y barrancas, impopular y desconectado con la población. Sino queremos que nos pase lo que sucedió con Argentina, Venezuela o Nicaragua, hay que efectuar urgentemente una reingeniería institucional.
*Exvicepresidente del Perú
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