Dina quiere viajar… ¿para qué?
Por: Victor A. Garcia Belaunde

Por segunda vez el Ejecutivo ha presentado un nuevo proyecto de ley al Congreso de la República con la finalidad que la presidente en ejercicio pueda viajar y salir del país. Todo se inicia debido a que el JNE permitió la inscripción del partido Perú Libre con la fórmula presidencial incompleta, al no contar con el segundo vicepresidente que fue tachado por tener sentencia condenatoria.
La primera vez que se intentó modificar las normas, era para asistir a la asunción de Luiz Inacio Lula Da Silva como presidente de Brasil, pretendiéndose variar el reglamento del Congreso para encargar el despacho presidencial al presidente de ese poder del estado, ante la ausencia de los vicepresidentes.
Este nuevo intento para permitir que la presidente viaje al exterior, se quiere modificar la ley N° 29158 Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, pretendiéndose que el despacho presidencial se maneje en forma remota empleando tecnologías digitales cuando no se cuenta con los vicepresidentes.
En ambas proposiciones se viola el artículo 115 de la Constitución disponiendo que: “cuando hay impedimento temporal o permanente del presidente de la República, asume el 1° vicepresidente. En defecto de éste, el 2° vicepresidente. Por impedimento de ambos, el presidente del Congreso”. Y después agrega “Cuando el presidente de la República sale del territorio nacional, el 1° vicepresidente se encarga del despacho. En su defecto, lo hace el segundo”. No hay alternativa constitucional para que el despacho presidencial sea dirigido remotamente o por otro que no sea el presidente o los vicepresidentes.
Con esta segunda propuesta de ley, se viola el artículo 103 de la Constitución que dice: “Pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón de las diferencias de las personas”. Este principio impide las normas con nombre propio y es claro que la presidenta lo único que pretende es salir del país, y no por la necesidad de su función. Estamos en un estado constitucional de derecho, por lo tanto, la única forma que la señora Boluarte pueda viajar es modificando la Constitución y de modificarse esta, devendría en desuso elegir vicepresidentes cuando sabemos que en 200 años de historia republicana solo fueron tres los mandatarios que murieron en el ejercicio del cargo, San Román (1863) Morales Bermúdez (1894) y Candamo (1904).
Recordemos el viaje que la señora Boluarte hizo a Davos al Foro Económico Mundial, allí dijo entre otras cosas que: “Empezamos a gobernar hace nueve mesecitos, todavía empezamos pronto a caminar, estamos como bebés, sosteniéndonos en el Gobierno; a pesar de que, hasta ahora la derecha en el país, si así podemos denominarla, no quiere reconocer el triunfo legítimo del presidente Pedro Castillo”. También dijo: “Desde el primer instante que el presidente y yo juramos servir al pueblo peruano no nos han dejado gobernar en paz”. Y también añadió: “Queremos que estas empresas, (mineras) así como estamos hablando de medir los resultados de lo que el capitalismo viene haciendo, pues midamos estas contaminaciones, porque el Perú no es una isla donde está Robinson Crusoe”. Estas declaraciones las hizo cuando las empresas mineras habían enfrentado el cierre de sus operaciones por los conflictos sociales, con pérdidas de más de US$150 millones, según los cálculos del Consejo Fiscal.
El primer ministro, Alberto Otárola dijo que Dina Boluarte debería viajar al extranjero para ejercer la diplomacia presidencial y traer inversiones; con una actuación similar a la de Davos solo las espantará. La Comisión de Constitución ya aprobó lo solicitado por el Ejecutivo, y después de lo sucedido con la elección del defensor del pueblo y el blindaje a “los niños”, estamos presenciando una nueva forma de “convivencia”.
(*) Excongresista
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