41 dirigentes nativos asesinados en 4 años
El presidente de la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo, Marcelo Odicio Angulo, señala que viven acechados por mafias del narcotráfico, tala ilegal de árboles e invasores

- El dirigente refiere que, a pesar de que el Estado ha reconocido la existencia jurídica de esta comunidad, a la fecha no ha podido titular las 20,000 hectáreas que solicitan y que en estos momentos siguen siendo ocupadas por los invasores.
POR: CARLOS RIVERO MELGAR
El presidente de la Federación Nativa de Comunidades Kakataibo (Fenacoka), Marcelo Odicio Angulo, en entrevista con nuestro canal digital La Noticia Perú, alertó del riesgo que corren los dirigentes de las comunidades nativas ante el avance de mafias de narcotraficantes y de la tala ilegal de árboles.
¿Cuál es la situación que se vive en la Amazonía respecto a los ataques contra dirigentes de las comunidades nativas?
Dentro del pueblo Kakataibo, desde el 2021 hasta la fecha hemos tenido seis asesinatos de líderes y dentro de la Amazonía tenemos 35 asesinados (41 en total). La amenaza mayor que tenemos en la comunidad de Kakataibo es el accionar del narcotráfico en nuestro territorio y en el entorno. El narcotráfico se ha instalado bastante cerca, se han establecido también dentro de la reserva indígena recientemente creada y se ha evidenciado que hay pistas de aterrizaje clandestinas del narcotráfico en esta zona. Esto se ha informado para que la Policía Nacional cumpla con desactivar esas pistas que enormemente están dificultando el accionar de nuestros hermanos dentro de su territorio. Esa es una de las amenazas graves que tenemos, aparte de la amenaza de tala ilegal, la invasión de nuestro territorio en la mayoría de los casos en la región Huánuco.
¿Cuál es el objetivo de estos asesinatos?
Se podría decir que es silenciar el desarrollo de nuestras propias actividades. En el caso del asesinato del apu Arbildo Meléndez, en el 2021, él justamente solicitaba la titulación de esta comunidad nativa, Unipacuyacu, que hace más de tres décadas se viene solicitando. A pesar de que el Estado ha reconocido la existencia jurídica esta comunidad, hasta la fecha no ha podido titular el espacio que ellos han solicitado, que son más de 20,000 hectáreas y que en estos momentos siguen siendo ocupados por estos invasores y la Dirección Regional de Cultura de Huánuco ha hecho caso omiso. Básicamente, el asesinato va relacionado en este caso para silenciar la lucha en defensa de nuestros territorios comunales.
¿Con el crecimiento de estas mafias de tala de narcotráfico hay casos de comunidades que han tenido que retirarse de la zona?
Hasta el momento no tenemos esos reportes, nuestras comunidades han persistido, han estado siempre resistiendo a la misma zona, muchos de ellos han tenido que seguir ocupando esos espacios para que de esa manera el Estado pueda atender sus demandas. El año pasado ha sido asesinado nuestro hermano Mariano Izacama y no hemos encontrado responsable alguno.
¿Hay alguna comunicación fluida entre representantes del Gobierno y las comunidades nativas?
Después del último asesinato hemos podido participar en una mesa de diálogo multisectorial en el Ministerio de Justicia, pero desde esa vez hasta el día de hoy no hemos tenido otra reunión similar para poder monitorear y reflexionar en qué se ha avanzado. Se ha podido ver algunos acercamientos de parte del Estado a través de sus ministerios, pero de manera tibia. Entonces, en estos momentos no hemos tenido respuestas claras; nosotros lo único que necesitamos es que titulen el territorio Unipacuyacu, nuestra razón es el territorio, no necesitamos otras cosas.
¿Han intentado tener algún contacto con el Ministerio de justicia en las últimas semanas?
En estos momentos, a través de nuestra organización representativa, estamos viendo la posibilidad de sostener una reunión próxima para abordar esos temas, porque no queda otra opción. Desde nuestros espacios, cuando representamos a nuestras comunidades nativas, hacemos todo lo posible para llegar a la ciudad de Lima y tener una reunión puntual con ellos. Entonces, si bien es cierto que existen necesidades prioritarias para nuestras comunidades, estas deberían ser atendidas por el Estado. Por eso es que estamos tratando de ver la posibilidad de reunirnos nuevamente y abordar estos temas que tienen mayor relación con el tema de derechos humanos en nuestras comunidades.
¿Ser dirigente nativo se ha convertido en un riesgo?
He salido de una reunión con nuestros aliados estratégicos porque ha ocurrido una violencia hacia nuestros comuneros pertenecientes a la comunidad nativa Mariscal Cáceres que realizaban la actividad de patrullaje y dentro de su territorio han sufrido amenazas y agresiones de parte de los integrantes de un caserío llamado Shambo. Entonces, si se dan cuenta, el panorama actual de los líderes de nuestras comunidades no es normal. Desde el asesinato de nuestro hermano Mariano Izacama hemos tenido que ver estrategias puntuales para poder seguir representando a nuestras comunidades. Consideramos que nuestra situación no es normal, tenemos que ver otras alternativas de autoprotección y de seguir desarrollando nuestras actividades.
¿Este tipo de patrullaje con qué frecuencia lo realizan y cuál es la finalidad?
Normalmente se planifica una salida al mes, dependiendo de las circunstancias, porque son territorios amplios y el objetivo es ver que estas zonas vulnerables no sean invadidas por colonos o por invasores, ni por el sembrío de coca.
¿Con el crecimiento de estas mafias de narcotráfico muchas de las zonas que ustedes patrullaban han sido tomadas?
Efectivamente, antes nosotros transitamos por los ríos con frecuencia y con total normalidad, pero estos ríos han sido utilizados en estos momentos por estos señores que alimentan el narcotráfico para poder trasladar los productos, en este caso la pasta básica de cocaína que elaboran. Esos ríos son utilizados por narcotraficantes para que puedan llevar la droga a Brasil y a Bolivia. Desde el lugar que nosotros nos encontramos no está tan lejos esta pista aterrizaje clandestina.
“PROTEGEMOS NUESTROS TERRITORIOS DESDE HACE MUCHO AÑOS”
La comunidad nativa Kakataibo, ubicada en la provincia de Padre Abad, departamento de Ucayali, tiene como base federativa a 10 comunidades. Marcelo Odicio señala que esta la integran al menos 5,000 personas. “Somos una minoría de ciudadanos, pero protegemos nuestros territorios desde hace muchos años. Las comunidades se dedican al sembrío de cacao, plátano y muchos de ellos se dedican a la venta artesanía y se relacionan con el turismo vivencial”, apuntó.