Opinión

Vargas Llosa y la guerra santa (I)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Jesús nació en Belén, que hoy pertenece a Palestina, y fue criado en Nazaret, que actualmente queda en Israel. Curiosamente, en estos días el cielo de este territorio es surcado por potentes misiles que cruzan a velocidades supersónicas las fronteras para causar muerte y destrucción, llanto, dolor y desolación. En el 2005, Mario Vargas Llosa, conmovido por la recalcitrante beligerancia en este lugar, llegó hasta allí acompañado de su hija Morgana para sondear la historia y avizorar el futuro, con la esperanza de divisar al fondo del túnel una luz que alumbre el camino de la paz, el gran anhelo de la población en ese rincón del planeta.

El Premio Nobel recorrió Israel, la Franja de Gaza y los territorios ocupados de Cisjordania. Su objetivo era averiguar si la decisión de Ariel Sharon, entonces primer ministro del Estado de Israel, de abandonar los asentamientos humanos de Gaza, abría una nueva posibilidad de paz o, por el contrario, atizaba los odios y la sed de venganza en la región. Oficiando prácticamente de corresponsal de guerra, Vargas Llosa escribió ocho crónicas —ilustradas por el lente de Morgana— que fueron publicadas en el diario El País, de Madrid, y en una veintena de medios impresos de América Latina, así como en La Repubblica, de Roma, y Le Monde, de París.

A fines del mismo año 2005, el literato peruano reunió todos los artículos de su periplo por esos lares en el libro “Israel-Palestina, paz o guerra santa”, al cual nos remitimos para escribir estas líneas, a propósito del ataque del grupo terrorista Hamás contra Israel, que ha dado lugar a un fuego cruzado que va dejando miles de muertes.

Ariel Sharón tenía gran prestigio militar porque había ganado el estatus de héroe en la Guerra de los Seis Días de 1967, en la que Israel atacó a Egipto, Jordania y Siria. Entonces, su nueva estrategia resultaba interesante, pues era considerado el último hombre capaz de tomar decisiones difíciles y necesarias para asegurar la paz con los palestinos.

Sin embargo, en el desarrollo de su línea de investigación, desde el mismo teatro de operaciones, Vargas Llosa fue desentrañando la temeridad del plan de Sharón y lo que de verdad este se traía entre manos. El líder israelí desató un despiadado desalojo de los colonos palestinos.

En uno de los capítulos, el literato escribió premonitoriamente: “El primer ministro Sharón va a ganar su guerra, pero la va a perder Israel”. Se refería a la pérdida de prestigio y credibilidad internacional. Mañana continuamos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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