El escritor Mario Vargas Llosa fue mucho más que una figura intelectual en el entorno de Isabel Preysler. También tuvo un lugar especial en la vida de la hija de la socialité española, Tamara Falcó, pues la ayudó con un grave problema de salud.
Vargas Llosa advirtió que algo no marchaba bien en la vida de Tamara Falcó. La joven, cada vez más ausente en sus círculos habituales, presentaba síntomas evidentes de adicción alimentaria y descontrol metabólico que podría haberle costado caro a su salud.
El nobel de literatura, preocupado por la situación, le sugirió a la marquesa de Griñón internarse en la Clínica Buchinger Wilhelmi, en Marbella, un centro en desintoxicación metabólica y reeducación nutricional donde Tamara recibió el diagnóstico definitivo: hipotiroidismo.
